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España asumirá la formación y financiación de dos batallones del Ejército de Afganistán

Defensa remite a la reunión de la OTAN en Sevilla la decisión sobre un aumento de tropas

Miguel González

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, anunció ayer en Herat (Afganistán) que España está dispuesta a asumir la formación de unidades del Ejército afgano para que se hagan cargo en el futuro de la seguridad en la provincia de Badghis, bajo responsabilidad de las tropas españolas enviadas a ese país. Aunque no ofreció cifras, dio por sentado que habrá que financiar los salarios, equipamiento, instrucción, alimentación e infraestructura de dichas unidades, cuyo coste cifró en un 20% de lo que supondría enviar fuerzas españolas equivalentes.

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Fuentes de su departamento señalaron que España podría instruir dos batallones afganos: uno de combate y otro de apoyo logístico. Para ello, tendrá que destinar unos 15 instructores militares a cada uno de ellos. Su financiación, sin embargo, debería salir de donaciones voluntarias de distintos países, incluida España, recogidas por la OTAN.

Este asunto se abordará en la reunión informal que los ministros de Defensa de la OTAN celebrarán Sevilla los días 8 y 9 de febrero. La Alianza Atlántica pretende que el Ejército afgano cuente a medio plazo con 70.000 efectivos y para ello pretende que se creen 70 equipos de instructores, denominados OMLT en la jerga aliada, de los que España asumiría dos con la condición de que los futuros batallones operen en su zona. La provincia de Badghis contaba con una unidad del Ejército afgano, pero el Gobierno de Kabul la retiró por considerar que era más necesaria en otras zonas del país, por lo que ahora sólo hay en dicha provincia -que dobla en extensión a Navarra o Asturias- 190 soldados españoles y unos 300 policías afganos.

En la reunión de Sevilla, España deberá anunciar también si aporta el núcleo del Estado Mayor de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), que dirige a los 33.000 soldados de la OTAN en Afganistán, a partir del próximo mes de agosto. Está en estudio la posibilidad de que el Cuartel General de Alta Disponibilidad de la OTAN en Bétera (Valencia) envíe a Kabul 150 militares, de los que 130 serían españoles y 20 extranjeros. Si el Gobierno rechaza la petición, el prestigio de España en el seno de la OTAN quedaría en entredicho y si la acepta, la polémica política interna está asegurada.

Alonso no quiso ayer pronunciarse sobre este asunto y se remitió repetidamente a la cita de febrero en la capital andaluza. "El Gobierno no ha tomado ninguna decisión ni tiene ningún proyecto de decisión y no voy a pronunciarme sobre hipótesis", dijo. Cuando se le preguntó por qué ya no descartaba un aumento de tropas como había hecho hasta ahora respondió: "Ni lo descarto ni lo encarto".

La aportación del núcleo del Estado Mayor de la OTAN no es la única petición que el ministro tiene sobre la mesa. El coronel Rafael Roel, jefe del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) de Qal-i-Naw le planteó ayer al ministro la conveniencia de crear una base avanzada en la zona de Bala Morghab, al norte de la provincia de Badghis, lo que implicaría aumentar en unos 150 los 690 militares que España tiene en Afganistán.

Las tropas españolas pusieron en marcha el pasado 28 de octubre un plan para extender la seguridad más allá de la capital provincial, mediante patrullas y controles móviles, pero la deficiencia de comunicaciones hace imposible realizar esta tarea sin una presencia permanente fuera de Qal-i-Naw. La formación de dos unidades del Ejército afgano tiene precisamente como objetivo delegar en las autoridades locales esta tarea, pero pasarán muchos meses antes de que puedan estar operativas.

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, durante su visita a un colegio financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional en Qal-i-Naw.
El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, durante su visita a un colegio financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional en Qal-i-Naw.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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