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La crisis vuelve a la CAM por un puesto en la comisión de control

La presencia de Grau condiciona el pacto alcanzado en el PP

La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) ha vuelto a entrar en crisis a causa de la indefinición del sector zaplanista. El pacto alcanzado el pasado viernes otorgaba dos puestos en la comisión de control de la caja a la alianza entre zaplanistas y socialistas. Los primeros se decantaron por Francisco Grau en detrimento del vicepresidente primero de la Cámara de Comercio, Enrique Garrigós y los campistas se volvieron a oponer.

El nombramiento de Francisco Grau en la comisión de control ya abortó, semanas atrás, un intento de acuerdo entre campistas y zaplanistas para consensuar una lista única. El enfrentamiento acabó con la presentación de dos listas enfrentadas. Con posterioridad, tras las presiones del presidente del PP, Mariano Rajoy, y la intervención del secretario de organización de este partido, Ángel Acebes, el zaplanismo se batió en retirada y aceptó un pacto en el que quedaba en minoría. Pero ese acuerdo pasa, necesariamente, por la retirada de ambas listas y el consenso de una lista única. Y basta el rechazo de uno de sus integrantes para que el proceso quede bloqueado.

Esta situación es la que, con toda probabilidad se dio ayer. Los zaplanistas tenían que optar entre Francisco Grau y Enrique Garrigós en la comisión de control de la CAM. El primero no cedió en sus aspiraciones y, como consecuencia, Garrigós quedó fuera. Este hecho provocó el malestar de la Cámara de Comercio, que vio cómo su representante desaparecía de los órganos de dirección de la CAM.

La situación en la caja vuelve a ser crítica. Si uno solo de los componentes de cualquiera de las candidaturas se niega a retirar su firma, las dos listas concurrirán a la asamblea donde serán votadas. Fuentes de la caja señalan que este hipotético caso, los zaplanistas obtendrían un resultado mejor que el pactado con Camps.

El escenario ha cambiado porque con las dos listas de candidatos presentadas es obligatorio el acuerdo de cada uno de los firmantes de cada propuesta para retirarlas y presentar una única iniciativa.

El principio de acuerdo alcanzado el viernes pasado entre campistas y zaplanistas (tres miembros para Camps y dos para socialistas y zaplanistas) daba entrada a Francisco Grau en la comisión de control y dejaba fuera al empresario turronero Enrique Garrigós (vicepresidente de la Cámara de Comercio de Alicante). La decisión de mantener a Grau ha encontrado la oposición del campismo pese a que tanto desde la presidencia de la caja como desde el Palau de la Generalitat se han tratado de ofrecer alternativas. Una de ellas dejaba fuera a Grau, un paso que no están dispuestos a aceptar los zaplanistas.

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Este desencuentro se produce cuatro días antes de la asamblea electoral convocada para el viernes 2 de febrero, y que de no cambiar esta situación deberá pronunciarse sobre las dos propuestas. Desde el sector de Camps están convencidos de sus fuerzas en el seno de la asamblea (compuesta por 180 miembros) y por ello están dispuestos a forzar la votación.

Y es que, pese al pacto, la desconfianza entre ambas partes sigue siendo evidente. Hasta tal punto es así que la presencia ayer en Murcia del presidente de la CAM, Vicente Sala, que se reunió con el presidente de la región, Ramón Luis Valcárcel y los tres integrantes a propuesta de esta autonomía, despertó malestar. Fuentes de la caja recordaban que sigue habiendo flecos por cerrar y que se deberían estar poniendo todos los esfuerzos y el trabajo en lograr un acuerdo global que permita retirar las dos listas y llegar a la asamblea del viernes, 2 de febrero, con una única propuesta de candidaturas.

La agenda en la CAM esta semana es apretada. La dirección ha convocado el consejo de administración que solicitaron siete consejeros para el jueves, tras el que ha convocado la presidencia.

Revancha política

Sobre el proceso de la renovación en la CAM habló ayer también el empresario Jesús Navarro, consejero de la caja a propuesta socialista. Navarro, a preguntas de los periodistas, explicó la alianza con los zaplanistas en este proceso de renovación. El empresario quiso defender el buen hacer de un consejo que ha logrado que la caja obtenga "excelentes resultados" y argumentó su sorpresa por lo que calificó de "una revancha política" -en alusión tácita al equipo del presidente Francisco Camps- al tratar de "desplazar" del consejo " a personas y empresarios como Armando Sala". Una injerencia, añadió, que les hizo reaccionar. Navarro aseguró que en beneficio del "consenso" y de la "continuidad" en la caja los consejeros nombrados a propuesta socialista decidieron "defender una lista conjunta". "Y esto lo volveríamos a hacer otra vez", apostilló. Navarro también defendió la continuidad de Vicente Sala y quiso subrayar que los papeles del consejo de administración y del equipo de dirección tienen que estar claramente diferenciados.

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