El 'teléfono del defensor del profesor' ofrece consejos para tratar a los alumnos difíciles
Una psicopedagoga y un asesor jurídico atienden los casos de conflictividad en las aulas
El trabajo de Amalia Sánchez, una psicopedagoga de la Asociación Nacional de Profesores de Enseñanza (ANPE) de Jaén, no es nada fácil. Suya es la misión de escuchar a los profesores angustiados por la situación de conflictividad en las aulas. Bueno, escucharlos y también aconsejarlos e intentar ayudarlos a salir del túnel en el que se encuentran.
Amalia es la responsable del teléfono del defensor del profesor que ANPE puso en marcha en Jaén a finales del pasado curso como un servicio para dar respuesta al incremento de educadores que acaban perdiendo cualquier ilusión por dar clase. El servicio es atendido también por un asesor jurídico, para los casos en los que la violencia, física o verbal, está presente. En la provincia de Jaén, el curso pasado la Delegación de Educación registró 1.500 casos de violencia escolar, en muchos de los cuales se vieron implicados profesores.
"Las llamadas las recibimos de profesores con problemas con los alumnos o con la dirección u otros profesores del centro, problemas que les llevan a tener una baja autoestima y motivación y mina la confianza y la autoridad del profesor", explica la responsable del teléfono del defensor del docente de ANPE que, desde su puesta en marcha en abril de 2006, ha atendido 42 casos de profesores agobiados.
Un tercio de esas llamadas han tenido como eje principal la angustia del profesor por no saber afrontar su relación con algún alumno difícil. No obstante, se espera que en la recta final del curso esa cifra aumente, porque está demostrado que los alumnos con una conducta inadecuada afloran más cuando constatan que se han quedado descolgados y no tienen opciones de aprobar el curso.
¿Pero, qué hacer para aprender a manejar a esos alumnos? Amalia Sánchez asegura que no hay receta fija y que las pautas a seguir difieren según la edad y el nivel de los alumnos. En cualquier caso, la experta de ANPE entiende que lo primero que tiene que intentar el profesor es transformar la actitud negativa en positiva reforzando los aspectos en los que el alumno se siente más motivado. "Hay que buscar cosas que le interesen al alumno y, si es preciso, premiarlos con actividades que le motiven, intentando no señalar al alumno con respecto al resto y sin alterar en exceso el ritmo escolar", apunta Sánchez, que aboga también por anotar minuciosamente todos los movimientos del alumno conflictivo para averiguar las causas que llevan a esa conducta inadecuada.
Sánchez lamenta la insuficiente implicación de los padres a la hora de acercar posturas entre profesores y alumnos. "Muchos se lavan las manos y apenas colaboran con los profesores; creen que la educación es una obligación que compete únicamente al colegio y, en caso de conflicto, siempre acaban defendido a su hijo y culpando al profesor", subraya. En todo caso, valora el alto grado de satisfacción mostrado por los profesores que han recurrido a este servicio del sindicato.
Desde ANPE se valora también el anuncio de que la Ley Orgánica de Educación (LOE) aumentará el poder de los directores de instituto que, a partir del próximo curso, podrán expulsar a los alumnos conflictivos sin necesidad de tantos trámites como ocurre ahora. "Es una medida positiva porque cuando un alumno es reincidente en su conducta violenta es preciso tomar medidas contundentes para que el resto de alumnos no vea que sale gratis; es algo que puede ayudar a restituir la autoridad al centro", comenta la psicopedagoga.
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