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Entrevista:Corina Porro | Alcaldesa de Vigo

"Hemos tragado con todo con tal de tener el Plan Xeral"

Ha gobernado tres años y medio una ciudad con fama de difícil y en minoría. Corina Porro (Ferrol, 1953) atribuye los avatares del Plan Xeral de Ordenación Municipal de Vigo a maniobras políticas que no respetan el interés general de la ciudad. Es el último episodio de un mandato azaroso, pero que, según cree, ha cambiado la impronta de la ciudad.

Pregunta. ¿Tendrá Vigo Plan Xeral antes de las elecciones?

Respuesta. Ha estado haciéndose durante años. Cuando llegué a la alcaldía tenía dos opciones, asumir el proyecto de los otros partidos o presentar uno propio del PP. Y opté por lo primero, porque la ciudad lo urgía. Detrás del Plan Xeral hay todo un proyecto de ciudad, crea suelo industrial, abarata la vivienda... Lo incomprensible es que un partido se descuelgue cuando estaba consensuado. Y hemos tenido que pasar por todo, por aceptar las sucesivas imposiciones de la Xunta, con tal de que fuera aprobado, que es lo prioritario. Nosotros vamos a quemar cuantas horas hagan falta para hacer en fecha las modificaciones que nos piden. Espero que también en la Xunta cumplan.

"Hemos podido gobernar por tener las ideas claras y una estrategia para ponerlas en práctica"
"En las correcciones que nos piden no hay nada sustantivo, que tenga que ver con el modelo de ciudad"
"No creo en liderazgos personales, ni siquiera de un partido, sino en el liderazgo de la ciudad de Vigo"
"Lo teníamos ya todo hecho y lo han parado por política, por la situación de precampaña electoral"

P. Pero hay cuestiones que no encajan, como la desmesurada previsión demográfica y de suelo residencial...

R. Si fuera eso, tampoco tendrían que admitir los planes de Santiago y de Lugo. Son otras cuestiones las que pesan. En lo que nos han dado a corregir no hay nada sustantivo, que tenga que ver con el modelo de ciudad. Y además vamos a aceptar lo que nos digan. Vigo necesita imperiosamente el Plan Xeral y a veces hay que dar dos pasos atrás para después adelantar diez.

P. ¿Es la primera gran refriega de la campaña electoral?

R. Yo quise sacarlo de la batalla electoral. Un tema tan trascendental debiera quedar al margen de la pugna partidaria, por una ética de respeto a los intereses fundamentales de la ciudad. Pero no ha sido así. La resolución de la Consellería de Política Territorial es política. Lo teníamos ya todo hecho y lo han parado por política, por la situación de precampaña en que estamos.

P. Para el PP sería de gran importancia revalidar con méritos propios, y no por encontronazos ajenos, la alcaldía de Vigo. Tendría una proyección especial sobre el resto de Galicia. ¿Siente ese peso?

R. Ésta es la primera ciudad de Galicia, genera el 32% de su PIB. Puedo entender ciertas cuestiones, pero, aunque sea políticamente incorrecto decirlo, me espanta la etapa preelectoral. Los datos nos dicen que tenemos posibilidades de gobernar y eso inquieta a algunos. Bueno, Vigo puede ser un campo de batalla electoral, pero no todo vale en política. En eso soy una idealista. Y lo que quiero es dedicarle el menor tiempo posible a la batalla política y más a la gestión, a rematar lo hecho en estos tres años y pico, que han sido muy peleones.

P. ¿Reclama ahora a la Xunta con más desparpajo?

R. He trabajado con toda intensidad y aplicando el sentido común durante todo el mandato. Exigí a Fraga, cuando no llegaba lo que daba, y a Álvarez- Cascos, para que cambiara el trazado del AVE por el Miño, y costó. Me ayudó mi partido, pero de hecho llevé el proyecto de UGT, con los que me reuní varias veces.

P. ¿Está satisfecha de los resultados del mandato?

R. Lo estoy, aunque no voy a dormirme en los laureles, nunca lo hice. Hemos dado un cambio importante a la ciudad, hay otra filosofía de vida. Ahora es más amable, para vivir y compartir espacios públicos. Ya no es el Vigo cutre, del abandono. Hay calidad en los materiales que utilizamos y cada vez que levantamos una calle vamos al fondo: red de saneamiento, abastecimiento, red eléctrica... La ciudad está más bonita, con las flores y los 2.000 árboles que hemos plantado.

P. Eso en el centro, pero...

R. ¡Y en las parroquias! En el plan de parroquias hemos invertido tres veces más: 32 millones de euros en saneamiento y abastecimiento. No se concibe que a estas alturas parroquias enteras como Zamáns estuvieran sin red de saneamiento. Hemos hecho milagros con el único presupuesto que nos han permitido, sólo con gestionar mejor los recursos y haciendo malabares políticos con los remanentes.

P. ¿Todo el secreto es ése?

R. Hemos podido gobernar por tener las ideas claras y una estrategia para ponerlas en práctica. No creo en liderazgos personales, ni siquiera de un partido. La alcaldía aglutina y suma, pero el liderazgo es de toda la ciudad, y para eso se necesitan cómplices. La relación con los sindicatos, por ejemplo, ha sido perfecta. Cuando he ido llamando a la puerta de los ministerios, yo sentía que tenía a toda la ciudad detrás. Y por eso hemos sacado temas adelante, pese al PSOE.

P. ¿Se lleva mejor con el BNG que con el PSOE?

R. Aquí, sin duda. Y en la Xunta, tenemos de todo. No tolero los goles por la escuadra como el que quiso meternos Presidencia a costa del Área Metropolitana. Aquí el PSOE ha votado siempre en contra de nuestras propuestas y creo que, a menudo, contra los intereses generales de la ciudad.

P. ¿Es una ciudad especialmente difícil de gobernar?

R. Somos quizás excesivamente críticos y reivindicativos. Pero eso también forma parte de los valores ciudadanos. El movimiento asociativo es una de las grandes riquezas de Vigo, todo el mundo alerta para no dejar que los políticos se duerman. Es una actitud proactiva bien interesante. En otros sitios no dicen nada, pero tienen defectos mayores.

P. ¿A Coruña recibe mejor trato de la Administración?

R. Los datos dicen que sí. A mí A Coruña me encanta, no siento la rivalidad. Pero me parece mucho más ciudad Vigo, más libre, más abierta, más cosmopolita. Nos han faltado alcaldes que lo hicieran valer.

P. ¿Tal vez lo sea usted?

R. La prepotencia y la arrogancia fracasan siempre. Vigo es demasiado grande e importante para que una persona o un partido piensen que pueden conseguir algo relevante al margen de los demás. Estamos viendo cómo hay candidatos a los que no les importa tapar lo que sea y a quien sea con tal de salir en la foto. Pero las fotos no permiten gobernar mejor.

P. ¿Por quién lo dice?

R. Por Abel Caballero, aunque no tengo interés en hablar de él. Pero es poco serio que no exista compromiso con el AVE en los Presupuestos y venga vendiendo el suyo con un secretario de Estado, Víctor Morlán, que ya ha engañado muchas veces a la ciudad. Caballero no ha convencido a nadie, claro. O que la vicepresidenta del Gobierno no venga a la ciudad, sino al puerto y a decir las cosas de la ciudad en el Club Financiero. No es serio.

P. Un día lo oí en su círculo: ¿es usted una pija que hace política de izquierdas?

R. Tengo la pinta que tengo, no sé si pija o no. No me paro en ello, como tampoco en lo de ser mujer. Me ha tocado romper barreras, pero tampoco lo interiorizo. Entré en política por lo social, para mí ha sido y es lo determinante. La igualdad de oportunidades es una asignatura pendiente en la sociedad. Gente de mi partido acabó creyendo que la política social era de izquierdas, pero eso no es patrimonio de nadie, como tampoco la defensa del medio ambiente, sino de quien ejerce el compromiso, en la derecha y en la izquierda. Yo no me clasifico ni de una ni de otra, sino como militante del PP y comprometida.

P. ¿Ha tenido que renunciar a muchas cosas por la política?

R. Pues sí. He tenido que dejar a un lado mucho de mi vida personal. De hecho sólo mantengo la relación con mis hijos. Pero son unos años, hasta que los ciudadanos quieran, y espero poder recuperar algo después.

P. ¿Ellos la entienden?

R. Sí, valoran lo que trabajo.Y creo que por eso me votan. A mí; no sé si votarían al PP.

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