"Es muy difícil estrenar una obra teatral de un autor español"
Alfonso Sastre presenta su obra teatral ¡Han matado a Prokopius! como "un drama alegre" y una "alianza entre lo que se puede llamar un teatro político y un género que en la novela se llama negro, policiaco o criminal". La obra cuenta la investigación que sigue al asesinato en Madrid de un diputado de HB, en la que el investigador va asumiendo la personalidad de la víctima. Dirige Francisco Vidal, quien perseguía este objetivo desde 1996.
Pregunta. ¿Por qué han tenido que pasar diez años para ver en escena esta obra?
Respuesta. Un autor español es muy difícil de estrenar y, verdaderamente, parece mentira que un alfonso [sastre], con el éxito que tuvo con La taberna fantástica, haya tardado tanto. Es mucho más fácil estrenar a un autor extranjero, cuando Alfonso escribe como poca gente hoy. Es un desperdicio que no se estrenen más obras suyas, porque no estamos tan sobrados de gente inteligente y lúcida, en el sentido de que busca la complejidad del ser humano.
P. ¿Qué se encontrará quien acuda al Principal?
R. Es un thriller, como si fuera de Agatha Christie. Se intenta descubrir quién ha asesinado a una persona. La cuestión del asesinato se desarrolla en un ambiente político, por lo que es un thriller político, pero no es nada maniqueo, sino que expone cosas. Al tiempo, está lleno de sarcasmo. El propio Alfonso lo define como comedia, porque espera que haya sobre todo sonrisas, pero es una comedia compleja, no vacía.
P. ¿Hay que andar con cautela al mezclar política y escena?
R. No hay por qué. La obra no pretende demostrar nada, ni dar una moraleja. Lo más importante es la parte policíaca.
P. Usted mismo ha dicho que levantará mucha polémica.
R. Polémica seguro que va a haber, pero no está buscada. Vendrá de la gente más radical, que es "conmigo o contra mí", y la obra está hablando continuamente de claroscuros, de contradicciones, de la complejidad del ser humano.
P. ¿Qué ventajas tiene ser profesor de interpretación como usted?
R. Llegas a conocer los problemas de los actores y puedes ayudarles mucho más cuando estás dirigiéndoles. Al fin y al cabo, son ellos los que cuentan las historias, y a mí lo que me interesa es contar historias, que la obra que tengo se potencie. Yo puedo ayudar con luces, decorados y otras cosas, pero no quiero tapar ni la historia ni a los actores.
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