El pulso por controlar la CAM enfrenta a parte del consejo con el presidente
Siete consejeros piden una reunión y Sala la convoca justo un día antes de la asamblea
Las últimas decisiones de Vicente Sala, presidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), han dividido al consejo de administración. Tanto su iniciativa de aplazar el consejo de ayer ante la crisis surgida a raíz de la renovación de los órganos de gobierno de la entidad como las críticas a la lista de zaplanistas y socialistas han levantado ampollas. Ayer, siete consejeros solicitaron una reunión del órgano para pedir explicaciones al presidente y reclamar garantías en la asamblea electoral del 2 de febrero. Mientras, Sala convocó un consejo para el día anterior a la asamblea.
El episodio es una muestra clara de la división que existe dentro de la caja
La crisis que ha atizado la división que desde hace años vive el PP valenciano se ha trasladado en las últimas horas con fuerza a la caja, donde se ha producido un auténtico cisma. El detonante de un malestar que arranca de la existencia de dos listas distintas para cubrir las vacantes ha sido la decisión del presidente de la entidad, Vicente Sala, de no convocar el consejo de administración ordinario de enero previsto para ayer. Consejo que debía aprobar, entre otras cuestiones, el presupuesto para este año de la Obra Social, que quedó pendiente por las discrepancias existentes en el desglose del destino de los fondos. La decisión ha creado una situación inédita en el seno de la caja.
El aplazamiento del consejo motivó la reacción de una parte de este órgano ejecutivo. Ayer, siete miembros del consejo de la CAM -entre ellos Armando Sala, Martín Sevilla, Jesús Navarro o Francisco Grau-, representantes de los sectores socialista y zaplanista, solicitaron formalmente la convocatoria de este órgano. Una posibilidad contemplada en los estatutos de la caja cuando así lo soliciten, como es el caso, "al menos un tercio de sus miembros". La petición fue acompañada de un orden del día, como también recogen los estatutos. En el mismo se reclama, primero, que Vicente Sala explique las razones que le han llevado a no convocar el consejo de administración ayer, tal y como estaba previsto. En segundo lugar, los consejeros solicitan información sobre el proceso electoral y las garantías para que éste se realice con transparencia.
La petición se produjo ayer, dado que la entidad financiera cuenta con un plazo máximo de siete días ahora para convocar el consejo. Plazo que, de agotarse, situaría la reunión a las puertas de la asamblea general electoral que el 2 de febrero deberá pronunciarse sobre las dos listas de candidatos presentadas a cubrir las vacantes del consejo de administración -donde se renuevan 11 de los 20 puestos- si hasta entonces no se produce un acuerdo entre las partes.
Los impulsores de la iniciativa aseguraron que tras solicitar formalmente la reunión, recibieron del presidente de la CAM un saluda en el que se convocaba el consejo de administración a las 18.15 del 1 de febrero, un día antes de la asamblea. Este consejo tiene un orden del día ordinario y no incluye ningún punto relacionado con la crisis que vive la caja ni tampoco contempla tratar el presupuesto de la Obra Social.
Fuentes próximas a la presidencia explicaron que esta situación obliga a que se convoquen dos consejos, aunque otras fuentes consideran que es posible, si hay voluntad, fundir ambas reuniones en una e incluir en ella todos los temas a tratar.
El episodio, en cualquier caso, es una muestra clara de la división que existe dentro de la caja. División y malestar, provocado también por las declaraciones que el miércoles realizó Vicente Sala. El presidente de la CAM tomó parte en la pugna y defendió la lista avalada por Francisco Camps -en la que está incluido junto al presidente de la patronal alicantina (Coepa), Modesto Crespo- al tiempo que criticó a los impulsores de la segunda lista presentada. "Tono impresentable", "sin sentido", "declaración innecesaria" y "cúmulo de barbaridades" fueron algunas de las críticas vertidas ayer en referencia a estas declaraciones. Un consejero lamentó que no se trate de "tranquilizar a todo el mundo".
Pese a esta fuerte división, diversas fuentes defendieron ayer que aún se trata de lograr un consenso que evite que la asamblea tenga que pronunciarse. Las negociaciones, aseguraron, se están produciendo entre los miembros del consejo de administración de la CAM tras dos semanas de infructuosas negociaciones políticas.
La crisis, ante la cual no se ha pronunciado el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, pero sí otros miembros de su ejecutivo, llevó hace unos días al presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, a pedir que las discrepancias se salvaran de inmediato. Rajoy expresó su respaldo a la actuación del presidente Camps y reclamó a ambas partes que piensen en los intereses del partido. Este llamamiento ha situado, al menos aparentemente, a los políticos en segunda línea en el intento de resolución de la crisis. Pese a ello, no ha servido para aproximar posturas. Prueba de ello es que Eduardo Zaplana, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, ignoró al presidente del Consell, Francisco Camps, al hablar el miércoles en Valencia durante la presentación de un libro sobre los logros del PP al frente de la Generalitat. Otra evidencia fue la ausencia de los campistas en el acto.
División entre los empresarios
Los efectos de la crisis también se dejan sentir en el mundo empresarial, que se ha visto dividido y enfrentado. Ayer, de hecho, la patronal de Alicante celebró un comité ejecutivo ordinario en el que se registró una muy baja asistencia. Una situación que obedece, según fuentes empresariales, al malestar que existe en círculos empresariales por esta crisis y a la intención de evitar enfrentamientos.
Pese a ello, tras la reunión, Coepa emitió un comunicado en el que explicaba que en la reunión ordinaria "todos los representantes empresariales reiteraron el apoyo manifestado" al presidente de la patronal, Modesto Crespo, en la reunión extraordinaria del pasado 15 de enero.
Coepa también defendió la voluntad de todo su comité ejecutivo de que "se supere la situación actual con responsabilidad por la vinculación de la Caja de Ahorros del Mediterráneo en la sociedad alicantina y en el desarrollo de su economía".
Los pronunciamientos llegaron, ayer, por primera vez desde la representación social en la caja, muestra de que los dos sectores en los que se ha dividido la caja están poniendo todo su empeño por ganar este pulso. Y lo hicieron de la mano del Sindicato Independiente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (Sicam), mayoritario en la entidad. A través de un comunicado, Sicam rompió una lanza en favor de Vicente Sala y del equipo directivo de la caja, "que han logrado convertir la CAM en una de las principales cajas de ahorros a nivel nacional y haciéndose acreedores de nuestra confianza". Sicam también destacó las "mejoras" logradas para la plantilla.
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