La temperatura media se incrementó en Galicia 1,46 grados desde 1973

Un país donde los campos florecerán antes, en el que hará más calor especialmente en primavera y sobre el que las nubes descargarán la misma cantidad de lluvia pero en menos días. Así será Galicia dentro de unos años, según vaticinan los meteorólogos que han escrito el primer libro sobre el cambio climático en la comunidad, un proceso que modificará el paisaje y obligará a los gallegos a convivir con los aguaceros. El estudio concluye que la variedad de microclimas que se encuentran en el territorio gallego es un "recurso aún por explotar en toda su magnitud".

Para saber si el próximo invierno será lluvioso en Galicia, sólo hay que viajar a Siberia en otoño y comprobar si nieva en abundancia. Cuanto mayor sea la capa blanca que cubra esta región asiática, menor será la probabilidad de precipitaciones en el rincón noroeste de la Península Ibérica. El estudio A variabilidade natural do clima en Galicia ilustra con este ejemplo las conexiones que rigen el clima en el planeta, unas influencias que, insisten sus autores, no excluyen la necesidad de realizar análisis específicos sobre el cambio climático en la comunidad.

Según el informe editado por la Consellería de Medio Ambiente y la Fundación Caixa Galicia, el país está ubicada en una "zona de transición" de distintos tipos de masas de aire, por lo que las alteraciones climáticas que se están produciendo tanto en el norte de Europa como en el Mediterráneo no se pueden extrapolar directamente a Galicia. Desde 1973 los meteorólogos sólo aprecian en la comunidad gallega cambios en la temperatura, pero no en la cantidad de lluvia descargada por las nubes.

La temperatura media anual aumentó en Galicia 1,46 grados centígrados entre 1973 y 2004. El mayor incremento lo registraron los termómetros de las ciudades del interior. "No se puede olvidar en este punto el efecto suavizante del mar en las temperaturas, de forma que el mar actúa como agente termorregulador", explican los autores del estudio coordinado por Lino Naranjo y Vicente Pérez Muñuzuri. A la cabeza de este ascenso se encuentra Lugo, con una subida de 1,8 grados, seguida de Santiago y Ourense (1,55). En Vigo, el calentamiento fue de 1,38 grados y en A Coruña, de 1,18.

Un febrero distinto

El cambio climático no se aprecia en Galicia en todas las estaciones por igual. El incremento de la temperatura es "estadísticamente significativo" en invierno, primavera y verano, pero no en otoño. El estudio presentado ayer en Santiago subraya el aumento registrado en los meses primaverales desde 1973, que alcanzó los 2,3 grados de media y que se produjo sobre todo por la subida de las temperaturas tanto máximas como mínimas. Marzo es el mes en el que más se percibe esta variación.

El análisis de las precipitaciones desde principios de la década de los setenta no revela que la cantidad de agua caída en Galicia esté disminuyendo, pero al revisar los datos por estaciones sí se detecta "un posible cambio en la distribución de la precipitación a lo largo del año". Los otoños son ahora "más lluviosos" y los inviernos "menos húmedos", un cambio que los meteorólogos Juan Taboada, Raquel Cruz y Ana Lage atribuyen al importante descenso de las lluvias que se ha registrado en febrero. Este mes del año es en el que los científicos más notan el cambio climático, ya que en él "se dan los efectos de la disminución de la precipitación y el incrementeo de temperaturas simultáneamente".

El director de Meteogalicia, Vicente Pérez Muñuzuri, vaticina cambios en el paisaje gallego y en los tiempos de floración de los árboles. El coordinador del estudio sobre las variaciones en el clima de Galicia señala que el país registrará a partir de ahora más lluvias torrenciales e inundaciones, aunque las modificaciones no se concretarán hasta que pasen 30 o 50 años. "Hay que ser prudente a la ahora de achacar cualquier fenómeno que se produzca al cambio climático", señala Pérez Muñuzuri.

Los científicos han elaborado ya estudios que predicen cómo será el clima de Galicia en el año 2080. Según el proyecto europeo Acacia, al que hace referencia el libro editado por Medio Ambiente y la Fundación Caixa Galicia, la temperatura media anual se incrementará en la comunidad gallega 3,6 grados con respecto a los registros alcanzados entre 1961 y 1990, un aumento inferior al del resto de la península. Las lluvias descenderán además un 29% durante los meses de verano.

Los cálculos realizados dentro del proyecto Acacia prevén que los mayores incrementos de temperatura en Europa se producirán en Madrid, con una subida media de 4,5 grados que en Andalucía llegará a los cuatro. En Centroeuropa, el aumento que registrarán los termómetros en 2080 por el cambio climático rondará los 2 grados, un valor que no se alcanzará ni en Gran Bretaña ni en el norte del continente. Según este pronóstico científico, las lluvias en verano descenderán en Madrid y Cataluña casi como en Galicia (un 28%), mientras que en Andalucía lo harán entre un 38% y un 42%. En Escandinavia, por contra, las precipitaciones aumentarán.

El estudio A variabilidade natural do clima en Galicia fue presentado ayer pocas horas después de que se inaugurara en los Alpes suizos el Foro Económico Mundial de Davos, una reunión internacional de representantes del poder político y económico en el que se abordarán las consecuencias del calentamiento del planeta. El informe coordinado por el director de Meteogalicia resalta las consecuencias que tienen las variaciones del clima en sectores como la pesca o la acuicultura, ya que afectan a la riqueza de los bancos pesqueros y al crecimiento del mejillón en las bateas. Los autores del libro alaban la cantidad de microclimas que existen en Galicia, un "recurso" que está "aún por explotar en toda su magnitud".