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Una investigadora denuncia al director del centro Príncipe Felipe

El juzgado de instrucción número 20 de Valencia ha admitido a trámite una querella interpuesta por la investigadora Almudena Ramón contra el director del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), Rubén Moreno, por un supuesto delito contra la propiedad intelectual, trato degradante, coacciones, apropiación indebida y falsedad. Ramón considera que desde el pasado mes de junio se ha visto sometida al descrédito personal y profesional por parte del centro y, según denuncia, las personas que le están ayudando están siendo sometidas al mismo descrédito y han llegado a recibir amenazas telefónicas, llamadas a sus familiares y las han despedido del CIPF de forma improcedente.

La investigadora, que saltó a las primeras páginas de los periódicos en 2000 por devolver la movilidad a ratas parapléjicas, explica en un comunicado remitido a distintas autoridades políticas y científicas, que difundió ayer Europa Press, que los hechos se remontan hace un año y medio, cuando se había iniciado la experimentación con primates. El problema surgió cuando se logró recuperar movilidad de un mono parapléjico, lo que constituía según la investigadora uno de los avances más relevantes en medicina en los últimos tiempos.

Acceso bloqueado

El 2 de junio de 2006, Rubén Moreno, según agrega, le comunicó que a partir de ese momento ya no iba a ser la responsable de su grupo, sino otro investigador del centro. También, dice, impidió el acceso a sus colaboradores. El 5 de junio, le llegó información de que una empresa farmacéutica había contactado con el CIPF semanas antes y había mostrado interés en su trabajo, algo que, apunta, el centro le ocultó.

Más tarde, detectó que una investigadora de su grupo "estaba utilizando de modo fraudulento y sin su conocimiento células para su modificación genética y que, para ello, había contactado con otro laboratorio". Poco después, Rubén Moreno, según indica, dio orden de que se le negase el acceso a todos los datos, resultados, información y animales experimentales de su propio proyecto, y a los datos generados en colaboración con la Universidad de Los Angeles que estaban siendo preparados para publicar, lo que en su opinión atenta contra su propiedad intelectual. Desde el día 5 de julio, el personal de su grupo dejó de realizar las tareas encomendadas por la doctora, ya que el director del CIPF se lo impidió, como relata, y cambió la cuenta de correo electrónico para impedir que se comunicaran.

Fuentes del Centro Príncipe Felipe respondieron ayer que no tienen constancia de que se hubiese admitido a trámite ninguna querella contra el director de la institución, Rubén Moreno. Asimismo, destacaron que el contenido de la denuncia presentada es "absolutamente falso" y que las medidas cautelares que se solicitan en la misma "no han sido admitidas por la jueza".

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