La falta de gol condena al Deportivo
El Deportivo se estrelló ayer contra la realidad, pero señaló a un culpable: el árbitro. El colegiado anuló a Arizmendi dos goles con pinta de legales y ante esta circunstancia, un equipo que ha puesto su cuenta anotadora a un régimen severo está condenado, como mal menor, al empate.
Riki le regaló a Arizmendi la mejor ocasión del partido después de trastabillarse con Chica. La grada se apresuró a celebrar el gol, pero el remate del delantero tocó en el larguero y luego en la línea de cal. Y Arizmendi se entregó a su desesperación. Otra vez. La última jornada de Liga tuvo en sus botas la victoria en Huelva en los últimos minutos, pero envió el balón fuera.
Ayer, Arizmendi también salió del campo con gesto contrariado. En el segundo tiempo fusiló a Kameni con un demoledor zurdazo. Y corrió al córner para celebrar el gol con rabia. Pero Megía Dávila, le estropeó la alegría por considerar que había arrancado en fuera de juego.
DEPORTIVO 0 - ESPANYOL 0
Deportivo: Aouate; Manuel Pablo, Andrade, Arbeloa, Capdevila; Estoyanoff (Adrián, m.57), Duscher, De Guzmán, Cristian (Verdú, m. 80); Riki y Arizmendi (Juan Rodríguez, m 87). No utilizados: Fabricio (p.s.), Sergio y Lopo.
Espanyol: Kameni; Velasco, Torrejón, Jarque, Chica; Rufete (Coro, m. 63), Moisés, De la Peña, Riera; Luis García (Jonatas, m. 83) y Tamudo (Pandiani, m. 73). No utilizados: Iraizoz (p.s.), Lacruz y Moha.
Árbitro: Megía Dávila. Enseñó cartulina amarilla a los jugadores del Deportivo Riki, Andrade y Capdevila, y a Velasco, del Espanyol.
Unos 22.000 aficionados en el campo de Riazor.
El Espanyol resistió las embestidas deportivistas durante el primer bocado de partido. Se limitó a esperar a que escampara y a que Iván de la Peña y Riera, dos futbolistas emparentados por la calidad, encontrasen una rendija para conectar con Tamudo.
Hasta el minuto 15 ninguno de los dos equipos había disparado a puerta. Lo único bueno del centrocampismo es que los futbolistas hacen amistades. Sólo falta que salten al campo con tarjeta de visita. Del Espanyol no hubo noticias. Tampoco de Luis García, el gran protagonista de ese partido.
Joaquín Caparrós confió la suerte de los nuevos vientos que parecen empujar a la nave deportivista al mismo once que ganó al Madrid y empató contra el Recreativo en Huelva. Y Valverde pergeñó un equipo con la sana intención de conseguir el empate, aunque Tamudo casi le regala la victoria. Resultó un encuentro más intenso y físico que imborrable para el espectador. El Espanyol se consuela con el empate, el Deportivo con lo que pudo ser. La fría realidad. Caparrós acabó jugando con tres delanteros. Pero sin gol en las venas.
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