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Entrevista:BOZIDAR DJELIC | Candidato del Partido Democrático

"Mi país no es una amenaza para nadie"

Guillermo Altares

El candidato del europeísta y socialdemócrata Partido Democrático (DS) serbio, Bozidar Djelic, de 42 años, es un brillante gestor, que fue ministro de Economía en un periodo clave de la transición a la democracia en Serbia, entre 2001 y 2004. Formado en EE UU y Francia, tiene un perfil mucho más técnico que político. Su partido tiene grandes posibilidades de convertirse en la primera fuerza democrática de Serbia, con el 26% de los votos, y Djelic de encabezar un Gobierno de coalición.

Pregunta. Muchos analistas creen que la formación de Gobierno será complicada. ¿Cómo espera que sean las negociaciones?

Respuesta. La tendencia es que las cosas nunca sean demasiado fáciles en Serbia. El Gobierno del que fui ministro estaba formado por 16 partidos. Ahora es probable que el Gobierno también sea una coalición, pero con sólo dos o tres. Entraremos con espíritu constructivo en las conversaciones.

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P. ¿Cuándo se retomarán las negociaciones entre Serbia y la UE?

R. El Partido Democrático es claramente percibido como el puente entre Serbia y la UE, y pienso que una de las razones por las que el presidente Boris Tadic me ha elegido es por mis numerosos contactos en el seno de la Unión y por mi experiencia económica. Por primera vez en Serbia, no hemos hablado de Kosovo, de las guerras, del Tribunal de La Haya, sino de temas europeos, y eso muestra el progreso del país. Hemos propuesto un programa muy ambicioso para la integración europea con tres puntos: retomar las negociaciones, obtener un estatuto de país candidato de aquí a un año y antes de dos años estar en la lista blanca de Schengen, para poder viajar sin visados. Es la medida más importante, porque Serbia ha estado aislada durante más de 10 años.

P. ¿Cuál será la posición de su Gobierno sobre Kosovo?

R. Kosovo es objeto de un consenso nacional: todas las fuerzas políticas quieren que se le dé la mayor autonomía posible, pero siempre dentro de las fronteras de Serbia. Pero no hay que ver ningún rasgo de agresividad: no hay ningún riesgo de que Serbia sea una amenaza para nadie. Queremos pasar de la lógica balcánica de desunión a una lógica europea de unión. Nuestros amigos de Occidente saben que sería muy contraproducente relacionar el futuro europeo de Serbia y la cuestión de Kosovo, pondría a los demócratas en una situación imposible.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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