El obispo Uriarte afirma que la sociedad necesita "puentes que unan" y no "frentes que desunan"

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, se pronunció ayer públicamente por vez primera sobre la situación en que ha quedado el proceso de paz roto por el atentado cometido por ETA en el aeropuerto de Barajas el pasado 30 de diciembre. El prelado aprovechó la homilía que pronunció en la basílica donostiarra de Santa María con motivo de la fiesta patronal de San Sebastián para pedir una implicación de todos "que sepa alumbrar o secundar iniciativas pacificadoras y crear puentes que unan, no frentes que desunan".

Uriarte trazó un panorama sombrío de la situación abierta por el atentado y las dos víctimas mortales que causó, ya que este "acontecimiento contrario a toda ética" y "todos los episodios precedentes o subsiguientes" han producido en la sociedad "algo más grave" que la indignación o la repulsa: la "han desmoralizado". En esa situación, más urgente que "asignar responsabilidades" o "exigir decisiones inaplazables" resulta devolverle el oxígeno a una sociedad que precisa "respiración asistida", haciendo "emerger, paso a paso, los frescos tejidos de una esperanza renacida".

Uriarte, quien medió entre el Gobierno del PP y ETA en la anterior tregua, considera que "la paz es posible". Y concluye su llamamiento con una exigencia: que "callen para siempre los artefactos e instrumentos que siembran destrucción y muerte y resurja, en el momento oportuno y con las debidas garantías, la palabra clara" que "abre el camino hacia la paz".

Desde el atentado, sólo se había registrado un pronunciamiento público de los obispos vascos. El prelado de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, dedicó parte de su homilía de Año Nuevo a condenar la acción etarra y pedir la unidad de todos para el fin de la banda.