El Ganges ya no limpia los pecados
Los hombres santos se niegan a purificarse en el río sagrado por su contaminación
Un baño en el río Ganges, el más sagrado de India, limpia los pecados y purifica el alma. Así reza la tradición hindú. Pero hoy, el agua del Ganges está tan sucia que, más que limpiar el alma, puede terminar contaminando el cuerpo de buena parte de los 70 millones de personas que estos días se dan cita para sumergirse durante la ceremonia conocida como Ardh Kumb (media vasija).
"El río está completamente lleno de desechos humanos. Ahí se descargan las aguas residuales sin tratar de más de 20 millones de personas. Aunque los fieles crean que el río es sagrado, si se bañan entre excrementos un día enfermarán y morirán", asegura Badhra Mishra, fundador de la asociación Sankat Mochan, que trabaja por la limpieza del Ganges.
El Gobierno se ha visto obligado a importar agua apta para el baño durante el festejo
Los fieles han visto cómo el río ha ido cambiando de azul turquesa a marrón
Los fieles han visto cómo su madre (así llaman al río) ha ido cambiando progresivamente de color, de azul turquesa a marrón. Pero este año las condiciones eran pésimas, por lo que miles de sadhus, líderes religiosos muy respetados, se negaron en redondo a sumergirse.
Los hombres sagrados -algunos, vestidos de un brillante color naranja y tridente en mano; otros, desnudos- se amotinaron durante días a orillas del Ganges exigiendo al Gobierno que limpiara el río. Algunos incluso amenazaron con suicidarse.
El Gobierno de Uttar Pradesh, Estado del norte del país en el que se realizan las celebraciones, se ha visto obligado a importar agua apta para el baño durante el festejo. Con ayuda de bombas se lleva constantemente líquido de río arriba, más cerca de su nacimiento en la cordillera del Himalaya, donde el afluente no ha pasado aún por ciudades y no ha recibido residuos humanos e industriales.
"Traer agua limpia es una solución a corto plazo y de urgencia", señala el secretario de la oficina para el control de la contaminación, el doctor Bhatt. El funcionario asegura que ahora "la calidad del agua es aceptable para desarrollar los festejos". A pesar de esta declaración, no puede proporcionar datos sobre qué proporción de las aguas contaminadas vertidas diariamente en el Ganges están tratadas, ni la concentración de bacteria fecal coliforme.
La presencia de este microorganismo, procedente de los intestinos de hombres y animales, causa enfermedades como hepatitis vírica, cólera, tifus y gastroenteritis. Su medición constituye el parámetro crítico para saber si el agua es apta para consumo o uso humano. "Nuestras muestras dicen que en algunas partes del Ganges la concentración de bacterias es de más de cinco veces el máximo recomendable incluso para el baño", indica Badhra Mishra, que dirige el departamento de ingeniería civil de la Universidad Banaras Hindu.
Según su organización, sólo los vertidos industriales (que representan una cuarta parte del total) se controlan y reciben algún tratamiento. El Gobierno no está solucionando nada, según Badhra Mishra. "Poner agua limpia es como tirar de la cadena del retrete: que esté aparentemente limpio no significa que no se siga ensuciando", se queja.
Tal vez sin quererlo, los peregrinos también empeoran la calidad del agua: además de que todos sus desechos acaban en el Ganges, cada día ponen unas 50 toneladas de flores como ofrendas en el río.
Sin embargo, a la gran mayoría de los creyentes no les preocupa la contaminación del agua y lo fría que está -un promedio de seis grados centígrados-. Lo importante para ellos es que un chapuzón les limpiará de sus pecados y les liberará del círculo de la reencarnación, haciéndolos inmortales.
Para hoy se habrán dado el chapuzón más de 15 de los 70 millones de fieles que se espera que lo hagan en las seis semanas que dura el festival. "El agua sagrada no puede estar contaminada. Todo lo que llega a ella se limpia", dice Sindhu, una hinduista que afirma que después del baño su espíritu quedó en paz.
Esta vez, de acuerdo con cálculos astronómicos por la alineación de los planetas, los fieles se bañan en Allahabad, uno de los cuatro puntos donde, según la mitología, se derramó el néctar sagrado. Allí, el Ganges confluye con el también sagrado, y aún más contaminado, río Yamuna. Para los más creyentes, en el subsuelo está también el Saraswati, un río mencionado en libros sagrados, pero del que aún no se ha comprobado su existencia.
El Ardh Kumbh (media vasija) se celebra cada seis años, la mitad del ciclo de 12 años que simbolizan los 12 días divinos que los dioses y demonios pelearon por el néctar de la inmortalidad. El Kumbh (vasija) es la mayor concentración religiosa del mundo.
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