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El padre de los cuatro niños que serán repatriados a Israel dice que la madre no les dejaba hablar con él

"Estoy feliz, pero hasta que no lleguen a Israel no lo creeré". Moshe Elgozi, de 47 años y padre de los cuatro niños que deberán regresar a Israel tras el fallo anteayer de la Audiencia Provincial de Oviedo, comienza a ver la luz al final del túnel. "Han sido un año y nueve meses muy malos. Mi esposa me ha torturado todo este tiempo, pero yo no haré lo mismo. No difundiré nuestros problemas personales, no lavaré la ropa sucia en público, ni diré nunca que es una mala madre porque mis hijos no pueden crecer pensando eso", afirma por teléfono desde Gan Yavneh, una pequeña localidad muy próxima a Ashdod, en la costa mediterránea, donde Elgozi posee dos pizzerías.

Para este hombre, casado en Guatemala con la asturiana María Amor González, de 37 años, ha sido un calvario. La última vez que vio a Sharon, Samuel, Daniela y Saúl, sus hijos de entre 8 y 14 años, fue hace tres semanas. "Durante año y medio no pude ni hablar con mis hijos. Les compré móviles, pero su madre los desconectaba", cuenta en un excelente español aprendido en América Latina y Estados Unidos.

Ha volado una docena de veces a España, en cuyos tribunales ha ganado juicios y apelaciones. No caben dudas para los jueces de que la fuga de María Amor con sus hijos sin el consentimiento paterno, en abril de 2005, supone un quebranto de los Convenios de La Haya sobre protección de menores. "He gastado 250.000 dólares [193.000 euros] en viajes y juicios, pero la justicia española ha funcionado", dice ahora satisfecho.

Elgozi enfatiza que su esposa, con la que se halla en trámites de divorcio, ha tratado de ensuciar su nombre, primero con una denuncia de malos tratos -archivada en febrero del año pasado- y más tarde atribuyéndole la condición de extremista ultraortodoxo judío. "La acusación de malos tratos sólo pretendía justificar el secuestro de los niños. Es una demanda falsa. Y es verdad que soy practicante judío, pero en absoluto un fanático", asegura.

La mayor de los hermanos, Sharon, declaró el jueves que no deseaba volver a Israel. Lo que no significa que la relación con su progenitor sea mala. "Cuando voy a Avilés me saltan encima, me abrazan y me besan. Pero, ¿qué puede decir cualquier niño de 15 años si su madre le dice que no volverá a verla si regresa a Israel?".

Elgozi promete hacer todo lo posible para que sus hijos viajen a España con frecuencia: "Irán conmigo tres o cuatro veces cada año, porque deben verla. Por supuesto, podrán hablar con ella cuando lo deseen, y no habrá impedimento para que su madre los visite en Israel cuando quiera".

María Amor Rodríguez, la abuela de los niños, dijo ayer que éstos partirán hacia Israel en 10 días.
María Amor Rodríguez, la abuela de los niños, dijo ayer que éstos partirán hacia Israel en 10 días.EFE

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