Con Riquelme o contra él
La marginación del argentino divide al Villarreal, donde el vestuario pide su regreso mientras el club le manda señales para que se marche
A pesar de las bajas, de quedar fuera de la Copa, de la preocupante imagen y los malos resultados, el Villarreal sigue dándole la espalda a Riquelme, aparcado de nuevo por el técnico, Manuel Pellegrini, para recibir hoy al Sevilla. Su marginación por poco rendimiento y falta de implicación ha dividido al Villarreal. Sus compañeros reclaman su regreso conscientes de su valor. "Ningún equipo del mundo tendría fuera a un jugador de la calidad de Riquelme. Es una pena", asegura el delantero Forlán, el jugador más subversivo con la decisión. Así lo entiende la mayoría de la plantilla, que no comprende qué situaciones se están dando para que no se busque una solución salomónica al problema.
En el otro lado, el presidente, Fernando Roig, ha reforzado a Pellegrini, al que renovó el lunes por una temporada más, y manda señales que incomodan al jugador y le acorralan para que se marche. La última, el despido de dos fisioterapeutas de su confianza, los también argentinos Jorge Bombicini y Enrique Confalonieri, llegados en verano. "Son decisiones del club en un ámbito que no es estrictamente técnico", comentó sin más Pellegrini, sabedor sin embargo de que supone una nueva pica en su pulso con Riquelme.
Sin el medio, el juego del Villarreal se resiente y minimiza el rendimiento individual, lo que repercute en los resultados. ¿Volverá Riquelme a una convocatoria?, le preguntaron ayer a Pellegrini. "Depende del jugador", respondió. Roig idealizó a su llegada al club lo que quería para su equipo. Tras consolidarlo en Primera, pensó en construir un conjunto cuya tarjeta de visita fuera crecer sin renunciar al buen gusto. Y pensó en Riquelme, un lujo. El jugador aceptó la cesión a un club menor y familiar, donde poder demostrar su fútbol sin tanta presión y en el que se le respetaran su ensimismamiento, formas y costumbres. En su primera temporada, Riquelme se topó con Benito Floro y el técnico salió despedido.
La temporada pasada el mundo descubrió al Villarreal, a Pellegrini y a Riquelme. La semifinal de la Liga de Campeones supuso un hito para un equipo de pueblo. Pero el penalti fallado por Riquelme ante el Arsenal fue a la vez el final de una bella historia sin continuidad. Roig, siempre racional, ha apostado ahora por Pellegrini en un acto de poder y ha promovido y consentido el aislamiento de su máximo activo en el campo. El técnico chileno ha demostrado tener sólo un plan de vuelo que no se concibe sin Riquelme. El vestuario y gran parte de la afición así lo entienden.
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