Touriño asegura que el único objetivo de Feijóo siempre fue vetar el nuevo Estatuto

El acuerdo de no agresión que Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijóo firmaron el pasado mes de noviembre para el caso de que no hubiese acuerdo sobre el Estatuto no ha durado ni 24 horas. El presidente de la Xunta responsabilizó al líder del PP del fracaso de la reforma y le acusó de mentir, tanto sobre la propuesta de consenso de socialistas y nacionalistas como en torno al texto alternativo presentado por los populares. Feijóo, dijo, tuvo siempre la intención de vetar la reforma, del mismo modo que su partido la impidió mientras tuvo en sus manos el Gobierno de Galicia.

El presidente retó al líder del PP a contrastar las dos propuestas

El presidente reconoció ayer la conveniencia de ser prudentes pero, después de que una periodista pidiese su opinión en torno a unas declaraciones de Feijóo en las que criticaba su actuación, apeló a la necesidad de ser fieles a la verdad para acusar al presidente del Partido Popular de ser el único responsable del fracaso de la reforma estatutaria.

Para demostrarlo, Touriño recordó que su propuesta de consenso, asumida por el líder del BNG, Anxo Quintana, en ningún momento define Galicia como nación. "Es muy importante que se sepa, para bien o para mal", añadió, "porque habrá a quien no le guste". En su propuesta, repitió el presidente, la única definición de Galicia figura en un párrafo, según el cual "el carácter nacional encuentra su expresión en la Constitución y en el artículo 1º del Estatuto de 1981 que define a Galicia como nacionalidad histórica que se constituye en Comunidad Autónoma".

Ese texto, subrayó, es el que Feijóo ha vetado, por lo que no es cierto que la discusión haya girado en torno a la consideración de Galicia como nación. "Hubo un esfuerzo de máxima flexibilidad para evitar el veto que Núñez Feijóo tenía previsto" ejercer desde el principio de las negociaciones, afirmó.

Y tampoco es cierto, prosiguió el presidente, que el texto de Touriño reconociese el sentimiento nacional de Galicia, porque la propuesta del Partido Popular de lo único que habla es del "sentimiento nacional de los nacionalistas". Antes, con el Gobierno del PP, señaló, ni siquiera se podía hablar de la reforma del Estatuto. Ahora, el mismo partido "vuelve a vetar la reforma imponiendo condiciones de imposible cumplimiento". El documento del PP, dijo, "devalúa Galicia en relación con Cataluña y Andalucía".

Con su propuesta de consenso, explicó Touriño en la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta, lo único que pretendía era plantear "la consideración que el país tiene de sí mismo". Una circunstancia que, dijo, ya está reflejada en la Ley de Símbolos, en la disposición adicional que recoge el texto del himno y que fue "aprobada por unanimidad". En ella se habla del "hogar y de la nación", una fórmula "tan de todos" que hasta logró el "voto favorable del señor Mariano Rajoy", presidente nacional del Partido Popular.

Touriño retó a Feijóo a someter a difusión pública los dos textos -el presentado por él mismo con el apoyo de Quintana y el del PP- para que los ciudadanos puedan contrastar quién dice la verdad. Y reiteró que mientras sea presidente no va a permitir que Galicia pierda posiciones en el conjunto de España. "Porque yo no soy Feijóo", declaró. "No tengo ataduras ni razones de partido" para defender otra cosa que lo que conviene a Galicia. "¿Para qué negar la Ley de Símbolos?", se preguntó. "¿Quién nos va a reñir? ¿Qué tribunal va a decir que la Ley de Símbolos daña la unidad nacional? Sólo la cabeza de quien no quiere el Estatuto", concluyó.

El fracaso de la reforma, explicó el presidente, obligará a duplicar los esfuerzos para que Galicia obtenga los mismos resultados que lograría con el nuevo Estatuto, entre ellos el mantenimiento de un nivel de participación del 8% en las inversiones anuales del Estado. "Recae sobre quien gobierna una gran responsabilidad", porque hay que conseguir que ese compromiso se mantenga año tras año.

No obstante, y a pesar de lo ocurrido, Emilio Pérez Touriño confirmó que mantendrá el compromiso que adquirió al comienzo de la legislatura de no reformar la Ley Electoral sin el concurso activo del Partido Popular.

La promesa del presidente, que condiciona el acuerdo de Gobierno firmado en su día por el PSdeG y el BNG, estaba vinculada a la consecución de un acuerdo sobre el Estatuto. Touriño la mantendrá porque, subrayó, él no actuará nunca como el Partido Popular, que en 1993 rompió el consenso sobre esa ley con una reforma unilateral justo antes de los comicios autonómicos. "No caeré en esa tentación", señaló. "Hay quien pone vetos y estoy seguro de que la ciudadanía sabrá escuchar".