El lince Ramón
En 1995, Kiko Veneno compuso la canción El lince Ramón que narraba la azarosa vida de un lince en Doñana al que se captura para colocarlo un microchip: "tiene mucha vista y es gran velocista, a pesar de todo está en peligro de extinción", decía la copla. Ahora las autoridades de Medio Ambiente tienen el proyecto de realizar una serie de obras en el entorno de Doñana para preservar la vida de dos docenas de estos huidizos felinos.
Como todo el mundo, estoy a favor de las diferentes diversidades, tanto culturales como biológicas y, entre otras cosas, a favor de la pervivencia del lince como especie. Hasta ahí podíamos llegar. Lo que tengo serias dudas es de la realización de una serie de obras de tal impacto y coste para proteger a unos pocos linces que, a lo que se ve, no hacen honor a la leyenda sobre su proverbial vista y capacidad. Sobre todo por los atropellos. A lo largo de todos los parques nacionales de Estados Unidos una serie de letreros repiten: "Mantén salvaje la vida salvaje". Sabia idea en la que se basa la conservación del medio natural. Dudo que este reducido grupo de gatos tengan una vida salvaje en sentido estricto, sí es verdad que están todos localizados y su vida controlada por todo tipo de adelantos tecnológicos. Y si es salvaje, quizá sea en la mente de los propios linces, que no saben lo que significa ni para qué sirve tamaño despliegue. Es posible que si en vez de hacer un tranvía de 15 kilómetros desde el Rocío a Mata-lascañas, dos puentes de 500 metros y todas las infraestructuras anunciadas, se limitasen los accesos al Coto de los rocieros y se repoblase de conejos la zona, la vida de los linces estaría asegurada.
Mientras tanto, me parece una inversión completamente desproporcionada. Como decía el título del disco de Kiko Veneno, "está muy bien eso del cariño", pero está mejor aún utilizar los esfuerzos y los recursos públicos con ponderación. No voy a decir la simpleza de que mientras haya gente en dificultades no se debería emplear dinero en el medio ambiente. Lo que creo es que se debe utilizar mejor el dinero público en los parques nacionales y naturales andaluces para que no sean ajenos a la gente y preservar su futuro. No podemos pasar de los rocieros ensuciando el Coto, haciendo hogueras dentro de un parque nacional a montar toda una autopista y un intercambiador de transportes por unos linces.
No defiendo una política que evite el gasto, sino una que lo use mejor.
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