A Montehermoso sin fatigarse
Vitoria estrena una rampa mecánica que asciende hasta lo alto de su casco medieval tras un año de debate ciudadano
La cubierta serpenteante de las rampas del cantón de La Soledad, en el casco medieval de Vitoria, se descubrió ayer por fin ante los vecinos. Con un perfil sugerente, mucho menos agresivo de lo que anunciaba todo el andamiaje necesario para su construcción, esta estructura mecánica unirá los 120 metros que separan la calle Herrería del Centro Cultural Montehermoso en menos de cuatro minutos. Y, sobre todo, permitirá superar un desnivel que alcanza el 8% en su tramo más empinado.
La presentación oficiosa, que sirvió para comprobar el buen funcionamiento del mecanismo, diseñado por los arquitectos vitorianos Roberto Ercilla y Miguel Ángel Campos, contó con la presencia del alcalde, Alfonso Alonso; el concejal de Urbanismo, Jorge Ibarrondo, y los portavoces municipales del PNV, Mikel Martínez, y PSE, Patxi Lazcoz. Frente a ellos, seis personas cubiertas con caretas de Blas, el protagonista de Barrio Sésamo, que aseguraban representar la oposición de los vecinos del casco viejo al proyecto. Faltaron los portavoces de Eusko Alkartasuna y EB.
Lo cierto es que las rampas de los cantones de La Soledad y de San Francisco Javier (éstas, al otro lado de la colina) cuentan con el respaldo unánime de la corporación municipal, algo desconocido en los proyectos del equipo de gobierno del PP. Hasta el punto de que ayer se vivió un momento casi increíble con declaraciones coincidentes de Alonso, y de la socialista Marián Gutiérrez, recién nombrada presidenta de la Agencia de Renovación Urbana, entidad responsable de la rehabilitación del casco medieval. Gutiérrez accedió al cargo, compartido con el PNV, después de que la oposición forxzase la destitución del popular Jorge Ibarrondo, al que acusa de irregularidades urbanísticas.
Las rampas, que han generado un debate vecinal en la ciudad durante el último año, constan de cuatro tramos, cada uno de ellos formado por una sucesión de marcos de acero inoxidable separados un metro entre sí y colocados a distintos grados de inclinación. El mecanismo se accionará con sólo pisarlas y funcionarán a 0,5 metros por segundo, por lo que el tiempo para recorrer todo el cantón supera en poco los cuatro minutos.
La cubierta, con una estructura de arcos cuadrados de acero inoxidable y vidrio de seguridad, tiene forma de dragón chino, con lo que la subida aporta una impresión de movimiento ondulante, de inspiración cinematográfica. "Es como una especie de instalación artística, en la que el ciudadano, además de subir cómodamente la cuesta, participa de un juego óptico entretenido, frente a la idea estática de subir por un tubo", explicó Ercilla cuando se aprobó el proyecto.
El Ayuntamiento ya está trabajando en los tapices que se instalarán en el cantón de San Francisco Javier y que unirán las calles Pintorería y Montehermoso en tres minutos. Se prevé que estas obras finalicen en marzo.
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