Seguidores de Zaplana pactan con los socialistas una candidatura en la CAM para dejar fuera a Camps
La división del PP valenciano se ha trasladado con toda nitidez a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Pocas veces el pulso que mantienen los seguidores de Eduardo Zaplana, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, con el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, ha sido tan fuerte. Los seguidores de ambos dirigentes del PP se han enfrentado por el control de la CAM en el proceso de renovación parcial del consejo de administración. Al extremo que los afines a Zaplana han pactado con los socialistas una candidatura, que tiene el respaldo mayoritario de los consejeros generales, frente a la lista presentada por el sector de Camps.
El presidente de la Generalitat quiso aprovechar la renovación de 11 de los 20 miembros del consejo de administración para desplazar de la mayoría a las personas afines a Zaplana y controlar la cuarta caja de ahorros española. Los planes de Camps para la caja incluían la entrada como consejero del presidente de la patronal alicantina (Coepa), Modesto Crespo, empresario cercano a Francisco Camps, con la vista puesta primero en la presidencia territorial de Alicante y la vicepresidencia tercera y, en último extremo, en la presidencia que ahora ocupa Vicente Sala, cuyo mandato acaba dentro de tres años al cumplir la edad máxima que permite la ley. Este movimiento desplazaba al actual vicepresidente tercero, Armando Sala -alineado con Eduardo Zaplana- a un cargo de menos peso.
La presentación de dos listas deja en el aire la presidencia de Vicente Sala, cuyo cargo de consejero por el turno especial de impositores se vota en este proceso. El pacto entre el sector de Zaplana y los socialistas contempla que el vicepresidente Armando Sala asuma la presidencia, y el empresario Jesús Navarro, próximo al PSOE, la vicepresidencia tercera. La necesidad de dar estabilidad a la caja es el argumento de esta atípica alianza.
La maniobra despertó las iras de la Generalitat y de la dirección regional del PP, que amenaza con repercusiones en el reparto de poder de Bancaja, la otra gran caja valenciana, y en la elaboración de las listas electorales.
Repercusiones en las listas
Tras contrastar que sus discrepancias respecto al control de la CAM eran insalvables, campistas y zaplanistas se declararon la "guerra total". "La decisión de los zaplanistas supone la guerra total", manifestó un alto cargo próximo a Camps, que no ocultó que el estallido de las hostilidades tendrá repercusiones en la confección de las listas electorales. "Es el final de esa gente, han perdido el juicio", manifestó este dirigente campista.
La indignación y el malestar en la dirección provincial del PP de Alicante, fiel a Eduardo Zaplana, con respecto a sus correligionarios campistas no era menor. "No puede ser que el PP quiera prescindir de gente que ha hecho su trabajo durante 12 años por ser amiga del portavoz del partido en el Congreso", prosiguió un cualificado dirigente zaplanista, "Eso no puede ser ni ahora ni en el futuro".
Respecto a la posibilidad de que el desacuerdo en la CAM conlleve una purga de cargos zaplanistas en las candidaturas electorales, fuentes de la dirección provincial del PP indicaron: "No se puede prescindir del partido en la provincia de Alicante, porque al final se pueden encontrar sin partido y sin ayuntamientos". "Es hora de hablar claro. Hay una persecución contra Eduardo Zaplana desde el primer minuto de la toma de posesión de Camps. Quieren pasar a cuchillo a los amigos de Zaplana y si Génova [la sede nacional del PP] quiere solucionar el problema en la Comunidad Valenciana, debería forzar el acuerdo en las listas electorales", sentenció este cargo zaplanista.
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