Ray Güde-Mertin, agente literaria y traductora
Representó a escritores en lengua portuguesa; entre otros, a José Saramago
Una agente literaria es alguien que no sólo negocia los derechos de autor de sus representados, sino que los hace conocer sobre todo cuando nadie sabe de ellos, en la época en que aún hay que presentarlos, en medio de la indiferencia y a veces del descuido. Eso hacía, combatir el desconocimiento, impulsar a los autores en los que creía, con una pasión en la que no hubo desmayo, Ray Güde-Mertin, que acaba de morir en su país, Alemania, a los 63 años.
Era la representante de José Saramago, el premio Nobel, desde hace más de veinte años, cuando el autor de Ensayo sobre la ceguera se abría todavía paso en el conocimiento universal. Cuando ya Saramago era un autor conocido, leído y premiado en todo el mundo, siguió siendo su amiga, y siguió divulgando, con el mismo entusiasmo y con el mismo conocimiento literario, a numerosos autores que le confiaron sus derechos.
Era profesora, traductora, agente. Nació en Alemania, estudió el Bachillerato en Barcelona, se especializó en Filología Románica y Filología Germánica en la Universidad de Berlín, y a partir de 1982 renunció a una carrera universitaria a tiempo completo para dedicarse a la traducción y a la agencia literaria.
Casada con un empresario alemán que trabó relaciones con Brasil, aprendió y perfeccionó la lengua portuguesa, tradujo a Clarece Lipsector, a João Ubaldo Ribeyro y al propio Saramago, e integró a éste entre sus representados.
Su mundo era sobre todo el de la lengua portuguesa; ha representado también a Germano Almeida, de Cabo Verde; Pepe Tela y Mia Couto, de Mozambique; Sophia de Mello, de Portugal; a Xavier Velasco, de México; a José Manuel Fajardo, de España; a Luis Sepúlveda, de Chile... Los que trabajaron con ella en el mundo editorial pueden testimoniar hasta qué punto su dedicación y su pasión se guiaban por el gusto literario, por el afán de dar a conocer aquellas obras y aquellos escritores que antes que nada habían satisfecho su pasión de lectora.
Su empeño iberoamericano constituyó una verdadera vocación; no sólo aglutinó a autores de ese ámbito, sino que impulsó la presencia de esas literaturas en las principales ferias del mundo, singularmente las de Francfort y Guadalajara; una de las últimas actividades de Ray Güde-Mertin fue precisamente en el certamen mexicano, que ella contribuyó a consolidar y convertir en la que hoy es sin duda la más importante atracción editorial de las lenguas ibéricas. Saramago decía ayer: "Era una gran amiga. Tenía una enorme pasión por su trabajo, al que se entregó con la energía de una generosidad que no tenía límites, ni en el trabajo ni en la amistad con sus autores".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.