Censura en Marruecos

El 20 de diciembre 2006, el primer ministro marroquí prohibía el semanario en lengua árabe Nichan, acusado de "ofensa a la sacralidad" por haber reflejado en un artículo "cómo los marroquíes se ríen de la religión, del sexo y de la política". Una asociación religiosa bastante desconocida (Jurafa.org) acusó a Nichan en un comunicado de haber "ofendido gravemente a Dios y a su profeta" consiguiendo inmediatamente el apoyo de las instancias oficiales del Alto Consejo de los Ulemas y de la Rabita Al Muhamadia Lil Ulema. Driss Ksikes y Sanaa El Aji, respectivamente director de la publicación y autora del reportaje, se enfrentan a una pena de tres a cinco años de cárcel y a la prohibición definitiva de su semanario. Se pronunciará sentencia mañana, lunes 15 de enero, en Rabat. Los abajo firmantes denuncian las prácticas de un poder que, basando su legitimidad internacional en la voluntad de "combatir el integrismo religioso", reprime en nombre de la religión, los derechos más elementales de prensa y opinión. Se corre el riesgo así, en el interior de Marruecos, de avalar el integrismo que dice combatir y, en el exterior, de acrecentar la intolerancia y la incomprensión de la opinión pública respecto a la religión musulmana de la que se proclama defensor.