Los narcos detenidos Baúlo y Charlín trabajaban para el cártel de Bogotá
Los gallegos detenidos en el transcurso de la Operación Destello José Benito Charlín y Daniel Baúlo contactaron con los máximos representantes del cártel de Bogota en España para introducir por la ría de Arousa el cargamento de más de cuatro toneladas de cocaína, cuyo desembarco frustró la Policía el pasado 30 de diciembre.
La Policía llevaba tres semanas siguiendo la pista de Daniel Baúlo, cuya detención estaba previsto que se realizara en Sevilla, junto a Charlín, el colombiano Jorge Vélez Garzón y los dos capitanes con los que se había citado. Pero el viernes fue arrestado por agentes de Greco y Udyco de Galicia en la segunda planta del juzgado de Cambados, donde tenía que comparecer cada 15 días al encontrarse en libertad condicional por una operación de casi cinco toneladas de cocaína incautadas el pasado año en el transcurso de la llamada Operación Tull.
A pesar de que el propio Baúlo, al igual que lo hiciera su padre, lo que le costó la muerte, colaboró con la Justicia para desmantelar la organización de Los Charlines, había formado una alianza con José Benito Charlín, hijo de un hermano del patriarca Manuel Charlín, ya fallecido. Ambos accedieron a organizar la parte del transporte y logística necesaria para transbordar la droga del buque nodriza al yate Zenith y luego utilizar las planeadoras del cambadés Ramón Canto Nine, también detenido.
Empresas tapadera
A la par que a Baúlo, la policía detuvo en Madrid al colombiano Fernando Ramos Giraldo, el hombre al que el cartel confiaba sus inversiones. Los investigadores, además de importantes cuentas financieras, han localizado empresas tapadera de importación y exportación que controlaba desde España.
La Policía Judicial portuguesa confirmó ayer que había localizado una de las embarcaciones utilizada por los narcotraficantes en el transcurso de la operación. El yate capturado, Zenith, apareció abandonado en dique seco en un puerto deportivo de El Algarve, un municipio turístico situado al sur de Portugal. Las fuerzas de seguridad lusas confirmaron que la incautación se ha realizado como consecuencia de las investigaciones realizadas en coordinación con el Cuerpo Nacional de Policía en el transcurso de la Operación Destello.
El yate Zenith, propiedad de una empresa con sede en las Islas Vírgenes, es una embarcación de 24 metros y 4.000 caballos de potencia, que consiguió huir de la persecución de la Policía.
Fuentes de la investigación confirman que la embarcación ha sido utilizada para introducir varias toneladas de cocaína en España, incluidos varios fardos que el año pasado aparecieron desperdigados por las costas de Galicia y Portugal.
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