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Columna
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Semana griega

Una blasfemia lanzada contra Atenas por Elvira Daudet en su novela La Gioconda llora de madrugada brinca de calle en calle pero, la próxima semana, va a ser condenada en la FNAC de Callao. Yo me he topado con esta blasfemia en una librería de la calle de Bárbara de Braganza, junto al Palacio de Justicia y, el jueves pasado, incluso en el cine Roxy B, donde se preestrenaba la película Mujeres en el parque, dirigida por Felipe Vega. Fue para mí muy duro que, tras el preestreno, los excelentes actores de la película -Adolfo Fernández, Blanca Apilánez, Bárbara Lennie, Emma Vilarasau y Alberto Ferreiro-, en plena calle de Fuencarral, a dos pasos de la glorieta de Bilbao, escenificaran ese negro párrafo de la novela de Elvira Daudet. Esta blasfemia sobre Atenas de la página 162 de La Gioconda llora de madrugada ha desesperado a la Embajada de Grecia hasta el ortodoxo límite que una Embajada puede desesperarse: la diplomacia apaga sus furias sumergiéndolas en las benéficas aguas del Canal de Isabel II. Soledad, la narradora, nacida en Madrid, de esta magnífica novela que cuenta la historia de un amor trágico, llega a Grecia y narra cómo, tras la subida, al atardecer, al Partenón, da una vuelta con su marido, un pianista alcohólico y maltratador, por Atenas y así confirma la insólita fealdad de la ciudad -y la frase es textual: "la insólita fealdad de la ciudad"-, que tanto los había decepcionado ya en su primer viaje. Atenas es una ciudad parcheada tras numerosas guerras, dice Soledad, quien, como cantó Pemán, sabe una copla que tiene su mismo nombre: Soledad. La atroz historia de la protagonista de la novela, que sufre insultos y agresiones físicas de su marido, engancha desde la primera página al lector y lo arrastra hasta un final que se merece un monográfico en el programa televisivo Sorpresa, sorpresa, que presenta Isabel Gemio, porque es inesperado.

¿Les interesa Grecia a los madrileños?, me pregunto a 50 metros de la Oficina de Turismo
El griego no se debe pronunciar como se pronuncia en las cátedras universitarias

¿Les interesa Grecia a los madrileños?, me pregunto a 50 metros de la Oficina de Turismo de Grecia con sede en la calle de Quintana, 2. ¿Cuántos madrileños viajaron a Grecia en 2006? ¿Viajan los madrileños más que los catalanes o valencianos a Grecia? Sabemos que en 2006, por primera vez, el número de turistas españoles a Grecia superó los 200.000. En 2005 la cifra de turistas andaba por los 175.000. Y aunque no hay estadísticas desglosadas por comunidades autonómicas, sí se puede afirmar que entre Cataluña y Madrid pueden copar el 60% del total de turistas. Y quizá no ande lejos de la realidad que de este 60% el 35% corresponda a Cataluña y el 25% a Madrid. Es decir, unos 50.000 madrileños viajaron a Grecia en 2006. Súmense a este número los turistas, sin ir más lejos, de la última década y tendremos una cifra relativamente alta siempre y cuando no nos comparemos con Francia: más de 700.000 franceses, aproximadamente, viajaron a Grecia en 2006 y, por tanto, la proporción es de 3,4 franceses por cada español que viaja a Francia. Para contrarrestar los efectos de la blasfemia de Elvira Daudet, la Embajada de Grecia (www.embagrec.org) organiza, entre el 15 y el 21 de enero, una Semana Griega en la FNAC de Callao. En la página web de la Embajada está el programa de esta Semana Griega. El lunes día 15, a las 13.00, se inaugura la exposición de fotografía La Grecia del Egeo con fotografías de Ioannis Stamu. A las 16.00 se proyecta la película Liubi, de Laya Yurgu, en versión original griega con subtítulos en inglés. ¡Qué buen momento para, además de disfrutar con la película, practicar idiomas! Incluso los muy sabios helenistas de nuestras universidades, que imponen a sus alumnos ese delito fonético de la llamada pronunciación erasmiana -un demencial invento del siglo XVI perpetuado hasta hoy por la casi totalidad de los helenistas de todo el mundo, salvo los pocos que hablan griego moderno- tienen ahí, en la película, la irrefutable prueba documental de cómo se pronuncia el griego. El griego no se debe pronunciar como, tan de espaldas a Grecia, se pronuncia en las cátedras universitarias sino como lo pronuncian los griegos de hoy. Como preludio de esta Semana Griega, en el teatro de La Abadía, con música del griego Manos Hadzidakis, se representa, desde el 11 hasta el 21 de enero, La isla del tesoro (cabaret de palabras), de Joan Barril y Joan Ollé. Tres magníficas actrices -Isabelle Bres, Karla Junyent y Ester Nadal- cantan, por ejemplo, el poema de Neruda Puedo escribir los versos más tristes esta noche con la música de la lotería nacional.

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