La otra enseñanza superior

Con la metamorfosis del concepto de sala de cine tradicional en multi-centro de pantallas comerciales, pocas oportunidades le quedan hoy a alguien de asistir a ciclos que analicen fenómenos culturales representativos de la historia del celuloide. Mucho menos, de entender cosas como la influencia de la nouvelle vague en el nuevo siglo que estamos consumiendo. Esto, concretamente, es lo que se ha venido haciendo durante los pasados meses de noviembre y diciembre en el Colegio Mayor Universitario Lluís Vives, gracias a la proyección de cintas recientes de viejos maestros tales como Nuestra música, de Godard, o La flor del mal, de Chabrol. Ahora mismo, coorganizado con el Cinefórum de los estudios de Comunicación Audiovisual, el Lluís Vives dispone un nuevo ciclo más radical aún. Se trata de Cinema mut espanyol, con proyecciones de los cortometrajes de Segundo Chomón o de la adaptación cinematográfica del Sangre y Arena de Blasco Ibáñez, con acompañamiento de piano y coloquio.

Los colegios mayores organizan conciertos inverosímiles, como el de Pando, músico de culto

Ante una cultura oficial previsible, los aledaños académicos buscan vías no convencionales

El colegio mayor plantea además heterodoxas actuaciones de música clásica -como la de B3:Brouwer Trío- y conciertos de pop-rock inverosímiles como el del multiinstrumentista inglés de culto Pando, un tipo que mezcla psicodelia, country y lo que haga falta con la naturalidad con la que otros mezclan la leche con el café. La actividad de este centro en el campo de la propagación alternativa de la cultura es tan desaforada que, a su faceta de escenario de tendencias musicales, se le ha dedicado hasta una exposición. La muestra tomó cuerpo en otro colegio de la Universidad de Valencia, el rector Peset. Un espacio éste también muy conocido por sus actividades no académicas, pródigo en conferencias y exposiciones, y en el que se ha proyectado cine-verdad tan singular como el documental Presos del silencio, de José Mariano Agudo Blanco, un penetrante recorrido por el sistema de redención de penas franquista que se aprovechó de 300.000 presos como mano de obra esclava para la construcción de obras públicas.

Todo ello constata que hoy día, cuando en la cultura oficialista las propuestas se antojan más y más previsibles, se está generando desde los aledaños universitarios una serie de propuestas poco convencionales que parecen llamadas a completar una educación del alumnado -y hasta del ciudadano en general- mucho más allá de lo explícitamente académico. "En cierto modo es lógico que sea así", explica Mercedes Quilis, vicedecana de organización académica y cultura de la facultad de Filología, Traducción y Comunicación de Valencia. "Muchos pensamos que el paso por las facultades debe servir al estudiante para forjarse una visión cultural lo más amplia y formativa posible, algo integral que le sirva para llevar sus inquietudes más allá de los puros programas de asignatura", afirma. "En este sentido", apunta, "las actividades universitarias no académicas son importantes, y es bueno que tengan un peso al alza en diferentes facultades". La facultad de Quilis, por ejemplo, es muestra clara de este estilo de propuestas. Aparte de ofrecer frecuentes charlas de todo tipo relacionadas con cuestiones actualidad -desde conferencias sobre rock y política, a jornadas sobre la manipulación mediática en el revisionismo de la Guerra Civil-, cede instalaciones para actividades externas que concuerdan con los objetivos de la propia institución. Fue de ese modo como el autor literario José Ángel Mañas -el autor de Historias del Kronen- charló no hace mucho con los estudiantes sobre la motivación a la lectura y la escritura. Incluso hay actividades extra-académicas que han llegado a favorecer la creación de asignaturas de libre elección. Es el caso del Aula de Poesía, que ha derivado en el Taller de Escritura Poética que imparte el Departamento de Filología Española.

Este año, además, la Universitat de València pone en marcha la llamada Aula oberta d'escriptura creativa, un encuentro-taller que, desde el mes de febrero va a facilitar a una serie de alumnos interesados (el cupo es de 20) que desarrollen sus posibilidades literarias de la mano de cuatro escritores: Josep Piera, Manuel Talens, Paco Zarzoso y Enrique Falcón. "Aunque a veces son los propios alumnos quienes desarrollan entre ellos el aprendizaje literario extra-académico", apunta Quilis. Se refiere a los "círculos de lecturas", encuentros entre alumnos que, en filología francesa, sirven para leer, por ejemplo, poesía de Aragon, Eluard i Apollinaire, y practicar después, en carne y en cerebro propio, añejas prácticas surrealistas como la escritura automática. "De algún modo, estas actividades responden a la vieja voluntad de unir placer y aprendizaje", explica Mercedes Quilis.

Como ejemplo, el cinefórum para estudiantes de italiano, que propone el visionado de películas transalpinas muy recientes (como Caterina va in città, de Paolo Virzì), las visitas museísticas para leer inscripciones antiguas de los alumnos de latín y griego, o la asistencia a cursos de capoeira para los estudiantes de portugués. "El vicerrectorado de cultura de nuestra universidad", apunta ahora Francesc Martínez, vicedecano de infraestructuras y economía también en esta misma facultad, "plantea, como se sabe, un gran número de exposiciones, obras de teatro y propuestas culturales de manera muy exhaustiva". "Desde las diferentes facultades complementamos esta programación institucional con otras iniciativas propias, tales como la edición de revistas específicas". O con actividades impulsadas desde el puro foro estudiantil. La llamada Asamblea de Representantes (AdR) que engloba a los sindicatos de estudiantes tiene, según el decanato de Filología, un presupuesto anual de 6.000 euros para desarrollo de actividades. Antoni Josep Cerdà, del BEA, indica que su sindicato dispone de unos 1.800 euros: "Algo que nos toca estirar y complementar para tener una regularidad en la organización de actos".

En diferentes recintos, celebran veladas irreverentes de teatro a cargo de Xavi Castillo, campeonatos de truc, cinefórums en los que se disecciona el estado actual de las relaciones humanas (la proyección estrella ha sido la oscarizada Crash) o un ciclo de conciertos de rock en valenciano -el llamado De Soca-Rel; los eventuales precios de taquilla o de barra suelen ser anecdóticos, dos, tres euros-.

Este sindicato estudiantil también impulsa opciones más densas, tales como charlas sobre la libertad sexual o la conciencia ecológica, y movilizaciones antifascistas, anti-militaristas o antitaurinas. Otros grupos, como la Asamblea de Estudiantes Libertarios, hasta organizan en el ámbito universitario jornadas "por la memoria anticapitalista". Algo bien distinto a tantas otras actividades no académicas de la Universitat de València, como los conciertos musicales de la facultad de Filosofía (convalidable por dos créditos de libre opción), o un singular curso de iniciación al juego de cartas bridge convocado por el Vicerrectorado de Cultura.