El crimen del veterinario

Cuando la noche del pasado lunes José Luis P. E. F. echó el cierre de su consulta veterinaria en Huércal de Almería, un municipio convertido en ciudad dormitorio de la capital andaluza y pegado al río seco en cuyo honor puso el nombre al consultorio, Andarax, no podía imaginar que lo estaba echando para siempre.

La Guardia Civil de Almería investiga ahora si la muerte del veterinario guarda relación con un accidente de tráfico en el que éste se vio implicado hace tres años. Aquel percance se saldó con la muerte de un menor de etnia gitana, después de que el coche de José Luis impactara contra la bicicleta en la que viajan dos chavales en el término municipal de Pechina (Almería).

Esta línea de investigación es una de las "muchas hipótesis" que la Guardia Civil tiene abiertas, según fuentes policiales, quienes alegan que el titular del juzgado de Instrucción número 3 de Almería ha decretado el secreto de sumario de las actuaciones.

Ayer, el rumor de la posible relación entre el accidente de tráfico y el crimen se extendió por el pueblo como la pólvora. No en vano -y aunque este dato no ha trascendido a la opinión pública- el veterinario tuvo protección policial durante un tiempo tras el mortal atropello.

Paqui, vecina de Huércal, asegura que nadie se percató del tiroteo que se produjo en la misma puerta de la clínica donde el veterinario, de 43 años, casado y sin hijos, ejercía su profesión desde hace tres lustros. "No se escuchó nada ni se vio nada. Unos hombres lo hallaron en el suelo y avisaron al 061. Fue cuando estaba cerrando la puerta del establecimiento, porque las llaves se las encontraron puestas en la misma cerradura. Era un buen hombre y se dice que puede ser una venganza por un accidente de tráfico que tuvo", resumió la vecina.

Con el dinero encima

La clínica se encuentra en un lugar transitado de la localidad -en la calle Almanzora- , con una parada de autobús y otras de taxi en las proximidades, por lo que los investigadores no descartan que los asesinos utilizaran un arma con silenciador.

Aunque se barajan varias hipótesis, además de la venganza, para explicar este misterioso crimen, lo que está descartado es el móvil del robo: en uno de los bolsillos de la víctima se encontró intacto el sobre con todo el dinero recaudado durante la jornada en su consultorio.

La muerte del veterinario tuvo lugar pasadas las 21.30 horas del lunes, cuando José Luis salió de su trabajo y en la puerta del edificio fue abordado por uno o varios individuos que le dispararon a bocajarro. Al menos uno de los balazos fue mortal de necesidad: el proyectil le impactó directamente en la nuca. La Policía Judicial recogió un casquillo de bala en el lugar del crimen.

La alcaldesa del municipio, que ha decretado un día de luto por la muerte de José Luis, no quiso pronunciarse sobre la posible relación del suceso con el accidente de tráfico hasta que concluya la fase de instrucción de diligencias sobre el homicidio.

Las banderas del Consistorio ondeaban ayer a media asta con un crespón negro. "No es vecino de Huércal, sino de Almería, pero llevaba mucho tiempo trabajando aquí y es una persona bastante querida: trabajador, un hombre afable, muy profesional", declaró la alcaldesa, María Isabel Rodríguez, quien recordó que el veterinario había participado en campañas de vacunación de mascotas y en un programa de radio sobre cuidado de animales en la emisora local.

"Iremos a presentarle nuestros respetos en la capilla ardiente, y a darle nuestro apoyo y solidaridad a su familia", agregó.

Por decisión de su viuda, el cuerpo de José Luis P. E. F. fue trasladado ayer tarde al tanatorio de Almería, donde hoy está previsto que sea incinerado.