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Fútbol | 17ª jornada de Liga

Capello sigue mareando el método

Se sabe que en el campo está el Madrid de Capello, pero es muy difícil descifrar a qué juega realmente. Y sólo faltan dos partidos para que finalice la primera vuelta. El técnico italiano continúa mareando el método. Anoche, en Riazor, dio otra vuelta a sus planteamientos y le salió un equipo sin brújula para conseguir la victoria.

Sorprendió Capello incluso antes de que comenzase el encuentro. Dejó fuera a Robinho y al recién llegado Higuaín. Que el delantero argentino asistiese al encuentro desde el palco semeja una decisión lógica. Prescindir de Robinho, que puede salir al rescate en una situación de emergencia, parece un suicidio. Ni siquiera una de las personas más cercanas a Ramón Calderón, el presidente del Madrid, era capaz de explicar la presencia del escurridizo brasileño en la grada: "No tengo ni idea. Supongo que es cosa del entrenador".

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En el banquillo sí estaba Marcelo, el lateral zurdo de la selección brasileña. Durante toda la semana se había anunciado que sería el encargado de suplir al lesionado Roberto Carlos. Pero Capello prefirió a última hora enviar a Sergio Ramos a la banda izquierda con Salgado en la derecha.

Con Gago se cumplieron los pronósticos. El italiano concedió la manija al cinco argentino. Pero al Pintita, Riazor, un estadio en el que el equipo blanco lleva nada más y nada menos que 15 temporadas sin ganar, le vino demasiado grande. Gago fue todo voluntad y levantó continuamente los brazos para reclamar la pelota. Poco más.

Porque el arquitecto sobre el que el Madrid quiere construir el futuro no fue capaz de encontrar las bandas, además de perder la pelota en parcelas peligrosas.

El Madrid empezó bien, pero se descosió en el minuto 10, cuando se lesionó Guti. Capello miró primero a Cassano, un futbolista con el que, sobre el papel, no cuenta, y nada más marcar Capdevila, de falta, ordenó que lo sustituyese Beckham.

El Deportivo, que llevaba nueve partidos sin ganar, jugó a placer contra un rival en los huesos. Sólo se vio achuchado en los últimos minutos de la primera parte. A principios del segundo tiempo Cristian marcó el segundo para el Dépor.

Capello se acordó entonces de Marcelo y Ronaldo. Ya era tarde.

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