_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El combate

Manuel Vicent

Largo, duro y difícil son tres adjetivos que si se aplican a un combate de boxeo indican que la pelea está programada a 14 asaltos; que el contrincante es sucio y correoso, y que el aspirante con poca experiencia en el ring debe fiar su victoria a una resistencia tenaz, a la espera de que su buena estrella le propicie un gancho a la mandíbula. Si no se aplican al boxeo sino a la lucha contra el terrorismo, los adjetivos largo, duro y difícil significan que el Gobierno socialista se halla metido en un combate, que puede durar años, contra un enemigo fanático, el cual usará a su favor todas las ventajas del Estado de derecho para alcanzar un objetivo imposible mediante las pistolas y la dinamita. Dicho esto, es evidente que el presidente Zapatero acaba de recibir un directo al hígado, no previsto, por parte de ETA, que por un momento le ha puesto a flotar sobre la lona. El atentado sangriento de Barajas ha dejado una vez más al descubierto el diseño moral de nuestros políticos. Demos por sentado que el presidente Zapatero es un optimista histórico que se mete en todos los charcos o un boxeador confiado en que el contrario no utilizará los golpes bajos, pero son mucho más ingenuos los que creen que a ETA, después de cuarenta años, se la puede vencer sólo con la represión policial. ¿Y qué son los portavoces de Herri Batasuna? Simplemente unos peleles. ¿Y qué hay más a la derecha de la cúpula del Partido Popular? Sólo la pared. Y al final del horror de esta Navidad se ha sabido que los padres del Niño de Belén eran ecuatorianos. Pero el escándalo político sigue siendo el comportamiento obsceno del Partido Popular, que ha hecho del acoso y derribo del presidente Zapatero su único propósito sin detenerse en ninguna frontera, ni en el dolor de las víctimas, ni en la división de las dos Españas, ni en el lenguaje asilvestrado, ni en la tarea diaria de excitar a la gente para tener movilizados a sus militantes hasta las próximas elecciones. España es una nave sin timonel, ha gritado Rajoy. ¿Estará llamando su subconsciente a un tipo con polainas para que se ponga al timón? La lucha contra el terrorismo será larga, dura y difícil. Zapatero ha perdido el primer asalto. No pasa nada. A Aznar lo hizo presidente la ETA con aquel famoso atentado. Zapatero no debe esperar ninguna ayuda leal del Partido Popular; sólo podrá contar con la ley, con el deseo de paz de la mayoría de los españoles y con su propia resistencia moral. Suena la campana. En este momento comienza el segundo asalto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_