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CiU ya ha cerrado 600 de las más de 900 listas que presentará en las municipales

Los nacionalistas, que mantienen una docena de conflictos, confían en el tirón de las autonómicas

Convergència i Unió (CiU) afronta las próximas elecciones municipales de mayo con el propósito de mantenerse como la primera fuerza, en cuanto a presencia en el territorio, y con el ambicioso objetivo de conquistar, por primera vez, la alcaldía de Barcelona. Los nacionalistas pretenden aprovechar el tirón de las pasadas autonómicas, en las que ganaron en casi todas las comarcas, para recuperar algunas alcaldías como Figueres, Tortosa, Manresa o Granollers. No obstante, mantienen abiertos una docena de conflictos donde los dos partidos de la federación discrepan sobre el candidato.

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Un protocolo para evitar conflictos

Unió y Convergència han cerrado ya 600 listas -concurrirán en 900 de los 946 municipios de Cataluña- y en las próximas semanas su intención es confeccionar la casi totalidad de las candidaturas. De lejos, los nacionalistas son la formación que está presente en más ayuntamientos, aunque su fuerza radica tradicionalmente en las zonas rurales, mientras que siempre se les ha resistido el área metropolitana de Barcelona, en manos de la izquierda.

La federación ha dividido el territorio en tres zonas: grandes ciudades, municipios medianos y pequeñas poblaciones. En Barcelona, los nacionalistas se sienten capaces de arrebatar la alcaldía a los socialistas, que han ostentado la alcaldía desde las primeras elecciones municipales. Xavier Trias repite como número uno y pretende llevar a cabo una amplia renovación de la candidatura. El soberanista Antoni Vives se perfila como segundo en la lista y desplaza así a Quim Forn, presidente de la federación de Barcelona. Los nacionalistas en ningún caso presentarán estas elecciones en la capital catalana como una segunda vuelta de las autonómicas del 1 de noviembre o como una revancha por haber sido desplazados a la oposición. "Barcelona representa una gran oportunidad", comenta el responsable de política municipal de Convergència, Lluís Corominas.

En el segundo escalón, CiU aspira a recuperar capitales de comarca -por ejemplo, Figueres, Tortosa, Manresa o Granollers- que les fueron arrebatadas en los pasados comicios por las formaciones de izquierda, y mantener el Gobierno en Tarragona y Sant Cugat. Por último, la Cataluña rural, donde CiU se presenta en solitario en más de un centenar de localidades.

No obstante, en algunas zonas continúan vivos los conflictos entre los dos partidos que integran la federación al disputarse ambos el candidato que encabezará la lista. Los principales conflictos son los siguientes.

- Tarragona. Tras el sonado episodio de Tarragona, en el que finalmente Unió ha aceptado al candidato convergente [véase EL PAÍS de ayer], los democristianos sólo disputarán aquellas plazas donde CiU, en los anteriores comicios, no obtuvo un buen resultado. Es el caso de Cambrils (Baix Camp) y Montblanc (Conca de Barberà), donde la federación aún no ha designado oficialmente al candidato. Algo similar ocurre en Sant Carles de la Ràpita (Montsià), aunque fuentes de CDC aseguran que la disputa terminará a favor del convergente Joan Martí.

- Girona. Las espadas entre Convergència Democràtica (CDC) y Unió Democràtica (UDC) siguen en alto en Palamós, donde el partido democristiano apuesta fuerte por su candidata, Isabel Ruiz, de la que destaca su experiencia como diputada en el Parlament. CDC, por su parte, propone al cargo a la actual concejal Dolors Portas, aunque admite la posibilidad de hallar un tercer candidato de consenso. El bloqueo existente y la seguridad en su candidata han decidido a UDC a reclamar una asamblea de militantes de la federación.

La renuncia por razones personales de la candidata de consenso Núria Anglada, que fue presentada como alcaldable de La Bisbal en el mes de julio, ha hecho necesario abrir nuevas negociaciones en la capital del Baix Empordà. Se ha sondeado a varios candidatos, entre ellos Narcís Pou, un concejal de Bordils que reside en La Bisbal, que forma parte de un grupo independiente adscrito al PSC. El actual cabeza de lista de CiU en La Bisbal es Xevi Dilmé, también diputado de Unió en el Parlament, que no repetirá.

- Lleida. Los dos socios de la federación han decidido apostar de nuevo por el presidente de la Diputación, el convergente Isidre Gavín, quien en los comicios de 2003 ya consiguió unos buenos resultados. En Balaguer, la elección del candidato se presenta muy complicada debido al enfrentamiento entre los comités locales. Hace cuatro años, la dirección catalana impuso a la democristiana Glòria Pallé y el experimento acabó en fracaso. Ahora CDC quiere presentar a su candidato, aunque todavía no ha propuesto ningún nombre a su socio que, de momento, no renuncia a volver a encabezar la lista.

- Cataluña central. CiU ha encontrado en Igualada y Berga dos de los huesos más duros de roer. En ambos casos coincide el fracaso en los últimos comicios con líderes de CDC, la división interna de Convergència y la falta de un liderazgo indiscutible, y las ansias de Unió de aspirar a la alcaldía.

En la capital del Anoia, CDC se ha decidido por Marc Castells, que tiene en su experiencia política haber sido líder de las Joventuts Nacionalistes (JNC) y su trabajo en el Consejo Comarcal. Enfrente tendrá un rival con experiencia, Quim Romero (UDC), ex concejal en la última etapa de mandato convergente. Si CDC no cede, Unió se plantea presentar una candidatura separada.

En Berga, CiU estrenará candidato. Tanto si es de CDC como de UDC, será virgen en lo que a liderar una formación se refiere. Por una parte, CDC puede presentar a Juli Gendrau, un hombre con un amplio bagaje como concejal y hombre de Patum, que ha desbancado en la carrera al actual portavoz municipal y ex alcalde, Josep Maria Badia, y al presidente comarcal de CDC, Ramon Minoves, cuando ambos parecían los más próximos a coger el timón. Unió propone a su propia candidata, Àngels Guitart. CDC ha convocado asamblea para el día 26.

- Maresme. Convergència y Unió no concurrirán juntas en Canet de Mar. El divorcio de la coalición local se ha consumado después de que CDC haya elegido como candidato a Francesc García, quien fue expulsado del partido y de la alcaldía y fundó posteriormente la extinta Plataforma Independent de Canet. La elección de García, apoyado por el dirigente Felip Puig, ha provocado la dimisión del presidente de CDC de la localidad, Antoni Bellatriu. Unió, que presentará una lista independiente, aún no ha elegido candidato.

- Sitges. Las rencillas que se dejaron entrever a finales del mandato pasado se convirtieron en división tras los últimos comicios locales, cuando CiU fue invitada a entrar en la coalición de gobierno liderada por el socialista Jordi Baijet. UDC aceptó la propuesta, pero CDC prefirió quedarse en la oposición. Ahora, los dos partidos aseguran que desean rehacer su relación, pero el problema parece estar en los nombres de los posibles candidatos. Los convergentes rechazan al concejal democristiano Joaquim Millan y han elegido al presidente local, Miquel Forns, como su alcaldable, pero a la espera de que una asamblea decida el candidato.

Con información de Oriol Aymí, Enric Badia, Gerard Bagué, Sergi Gimeno, Pere Lobato y Lluís Visa.

Xavier Trias (izquierda) e Isidre Gavín, candidatos en Barcelona y Lleida.
Xavier Trias (izquierda) e Isidre Gavín, candidatos en Barcelona y Lleida.

Acudir al notario

El secretario de organización del PSC, José Zaragoza, consideró "lamentable" que Unió y Convergència acudan al notario para repartirse sus futuros cargos en Tarragona tras las municipales de mayo, lo que demuestra su "desconfianza mutua".

Zaragoza se refirió así a la información publicada ayer por EL PAÍS en la que se relataba que democristianos y convergentes pactaron ante notario que Joan Aregio (CDC) sería el número uno en el Ayuntamiento de Tarragona, tras la retirada de la política municipal de Joan Miquel Nadal, y que los convergentes tampoco cederían la presidencia de la Diputación a UDC. A cambio, los democristianos conservarán la presidencia del Consejo Comarcal. El documento fija también el reparto de los diputados provinciales.

El dirigente del PSC aseguró que "ha quedado demostrado que CDC y UDC no se fían para nada el uno del otro" y añadió que este documento es una prueba más del desconcierto de la federación en Tarragona. Zaragoza agregó que "mientras CiU continúe existiendo, los notarios de Cataluña no tendrán que sufrir por su trabajo", en referencia a la firma ante notario de Artur Mas durante la campaña electoral de que no haría pactos estables con el PP en Cataluña.

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