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Doce islamistas mueren en un choque armado cerca de Túnez

Hasta ahora Túnez se jactaba de ser el país más seguro del Magreb, pero un insólito enfrentamiento armado con terroristas islamistas que dejó, el miércoles, al menos 12 muertos en un suburbio de su capital ha dado al traste con esa reputación. El Ministerio de Interior de Túnez anunció ayer, a través de la agencia de prensa TAP, que "la búsqueda de elementos de un grupo criminal concluyó el miércoles por la tarde y las fuerzas de orden público dieron muerte a 12 elementos del grupo y detuvieron a los otros 15".

El comunicado no lo indica, pero el diario en árabe As Sarih dio a entender que el grupo estaba compuesto por terroristas. La cautela de las autoridades se explica por el deseo de no perjudicar la imagen de Túnez como paraíso turístico y lugar atractivo para la inversión extranjera.

El comando islamista fue detectado el 23 de diciembre en Hammam Lif, en la periferia de Túnez, donde se produjo una primera escaramuza en la que murieron dos de sus miembros. Ocho días después hubo una nueva refriega en Bab Sadoun, en el centro de la capital. Finalmente fue cercado anteayer en Sliman, un área boscosa a una treintena de kilómetros al sur de la capital.

Desde su aparición, la seguridad en torno a las embajadas fue reforzada, al tiempo que se instalaban controles en carreteras. A mediados de esta semana, el Ejército y la Guardia Nacional se desplegaron a lo largo de la autopista que une Túnez con el sur del país.

Movimiento ilegalizado

El régimen del presidente Ben Alí, uno de los más férreos del mundo árabe, se enorgullecía de haber erradicado la oposición islamista. El movimiento Ennahda (Renacimiento) fue ilegalizado en los noventa y sus seguidores están en el exilio o en la cárcel, aunque su ideología sigue teniendo mucho arraigo, como se vio en Ramadán con el empeño de muchas mujeres de exhibir el hijab (pañuelo islámico) prohibido en el país.

Diplomáticos acreditados en Túnez sospechan que el comando integrista ha entrado por la frontera con Argelia, aunque la mayoría de sus miembros serían tunecinos. Los radicales tunecinos cruzan regularmente a Argelia -el 28 de diciembre dos de ellos fueron detenidos por la Gendarmería argelina en Meftá- para ser entrenados por el Grupo Salafista de Predicación y Combate que, en septiembre, se proclamó vasallo de Al Qaeda. Ésta encargó a los salafistas argelinos que federasen a los radicales del Magreb.

El último atentado terrorista en Túnez tuvo lugar en abril de 2002 en Djerba. Su autor, Nizar Nawar, colocó una furgoneta con bombonas de gas al lado de la sinagoga y provocó su explosión, causando su propia muerte y la de otras 20 personas, entre ellas 14 turistas alemanes y dos francesas. El atentado, reivindicado por Al Qaeda, fue el primero después del ataque del 11-S en Nueva York. En diciembre, el tribunal de apelación de Túnez condenó a 20 años a Belgacem Nawar, por considerarle cómplice de la voladura del templo judío.

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