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La ópera se acerca al público infantil con 'El pequeño deshollinador'

El ciclo ABAO Txiki ofrece en el Arriaga la obra de Britten protagonizada por niños

Una gran luna llena se recorta sobre un cielo negro en el escenario del Teatro Arriaga. Es el fondo sobre el que se evocan los tejados de las casas de la Inglaterra victoriana, en los que se desarrolla la ópera infantil El pequeño dehollinador, del compositor británico Benjamin Britten (1913-1976), que se representará en Bilbao hoy y el 6 y 7 de enero. Es una ópera protagonizada por niños, seleccionados entre los componentes del Coro del Conservatorio de la Sociedad Coral de Bilbao y de la Escolanía Nuestra Señora de Begoña, y dirigida fundamentalmente al público infantil, que forma parte del ciclo ABAO Txiki, una iniciativa de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) que trata de acercar la lírica al público infantil.

Britten se inspiró en dos poemas del poeta William Blake para construir la historia de un niño de ocho años obligado a trabajar como deshollinador por un patrón cruel y explotador, y al que liberan de la opresión los chavales de una de las casas burguesas donde acude a limpiar las chimeneas. La ópera fue compuesta en los duros años de la posguerra, pero su mensaje es optimista: "Los niños son los que pueden cambiar el mundo y hacerlo mejor", en palabras de Ignacio García, director de escena de El pequeño deshollinador.

Creación escénica

García se hizo cargo de la producción tras vencer en un concurso de creación escénica convocado por el Teatro Real, de Madrid, donde la obra fue estrenada en junio de 2005. "Es una obra espléndida, en la que los niños son la esencia misma", explicó el director de escena. García creó para la ópera una escenografía que estéticamente se basa en el juego de los niños. Sobre el escenario se evocan los tejados en los que trabaja Sam, el pequeño deshollinador, y la sala de juegos de los niños ricos. Una gran pizarra negra atraviesa el escenario y sobre ella escriben los protagonistas de la ópera sus deseos. "La pizarra simboliza las cosas que se pueden hacer realidad", indicó.

La dirección musical de la ópera ha estado en manos de Wolfgang Izquierdo, que en Bilbao estará al frente de la Suggia Ensemble. Izquierdo y García han dirigido a un elenco compuesto por cinco adultos y seis niños.

La ópera contará con un doble reparto de cantantes infantiles, para evitar el cansancio de las dos sesiones diarias. Pero todos los niños participan en cada una de las representaciones. Britten compuso la ópera pensando en que la audiencia se integrara activamente en el montaje, cantando los estribillos. En la versión que se representa en Bilbao no se pedirá al público que cante; en su lugar lo hará el reparto que ese momento no actúa.

Los diálogos que van hilvanando la historia se interpretan en castellano, pero en las partes cantadas se mantiene la versión original en inglés. El montaje contará con subtítulos en euskera y castellano.

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