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El Ejército somalí toma con ayuda etíope el último bastión de la milicia islamista

El Gobierno provisional de Somalia emprende una campaña de desarme en Mogadiscio

Las tropas gubernamentales somalíes, con apoyo del Ejército etíope, completaron ayer la reconquista de Somalia al hacerse con el puerto de Kismayo, en el sur del país. Las milicias islamistas, que han perdido en 10 días todas las regiones que controlaban desde hace seis meses, han emprendido huida hacia Kenia. El Gobierno somalí ha pedido a Nairobi que cierre sus fronteras "a los terroristas" y ha ofrecido una amnistía a los milicianos que se han entregado. El primer ministro, Alí Mohamed Gedi, reclamó ayer el despliegue de una fuerza de paz africana.

A primera hora de ayer, organizados en una columna de vehículos cargados de armas, los combatientes de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) abandonaban su bastión de Kismayo rumbo a la frontera keniana, a unos 180 kilómetros. Desde el norte, las tropas gubernamentales, con el apoyo de la artillería y la aviación etíopes, avanzaban hacia esa importante ciudad portuaria del sur. "Kismayo está en nuestras manos", anunciaba horas después a la agencia France Press el primer ministro, Alí Mohamed Gedi, que completaba así en 10 días la reconquista del país. "La guerra continuará hasta que la región quede limpia de todos los grupos terroristas".

En respuesta a la petición de las autoridades somalíes, el Gobierno keniano aseguró ayer que había reforzado la frontera con Somalia para impedir el paso a las milicias. Nairobi sospecha que los islamistas se dirigen hacia Ras Kamboni, punto fronterizo junto al océano Índico poblado de bosques densos. Kenia, que acoge a 160.000 refugiados somalíes en su territorio, ha sido ya sacudida por dos atentados en 1998 (224 muertos en un bombazo contra la Embajada de Estados Unidos) y 2002, reivindicados por Al Qaeda.

Los servicios secretos occidentales creen que esta organización terrorista ha ido tomando el control de los tribunales islámicos, que fueron convirtiéndose en un referente de poder y orden en un país sumido en el caos por los constantes enfrentamientos entre los clanes y sus señores de la guerra tras el derrocamiento, en 1991, del dictador Mohamed Siad Barre. Las milicias islámicas se habían apoderado en los últimos meses de una gran parte del centro y del sur del país, en particular la capital, Mogadiscio, de la que fueron desalojados la pasada semana.

En esta ciudad, el primer ministro somalí, Alí Mohamed Gedi, anunció en una conferencia de prensa una amnistía para todos los combatientes islamistas que se rindieron tras la caída de Kismayo. Gedi anunció también un plan de desarme que se desarrollará entre hoy y el jueves en Mogadiscio, para extenderse después al resto del país, y que ha sido adoptado tras consultas con los líderes tribales y los consejos de ancianos.

"El Gobierno tomará medidas duras contra quienes se opongan a la orden de la retirada de las armas", afirmó el primer ministro. Los particulares, los milicianos de los señores de la guerra o los de los tribunales islámicos que hayan desertado tendrán que llevar a partir de mañana sus armas a varios puntos específicos, donde habrá soldados del Gobierno y de Etiopía para levantar un registro.

El primer ministro etíope, Meles Zenawi, dijo ayer que sus tropas permanecerán en el país vecino hasta que "hayan capturado a los elementos extremistas", tarea que podría durar "unas semanas, como mucho". Etiopía, con un Gobierno cristiano, ha tomado la batalla contra los islamistas como un asunto de seguridad nacional. En sus declaraciones, Mohamed Alí Gedi pidió comprensión a sus conciudadanos por la presencia de los soldados etíopes, vistos con recelo a causa de la guerra que libraron ambos países por el control del desierto del Ogaden (1977-1978).

No obstante, Gedi también pidió a la Unión Africana que envíe tropas de paz lo antes posible, con el fin de garantizar "la pacificación y la estabilización del país". En septiembre, la Unión Africana aprobó el envío de una fuerza de paz, pero la decisión nunca se aplicó por falta de fondos. Uganda anunció ayer que tenía un batallón listo.

El Gobierno de transición de Somalia, que fue elegido en 2004 en Kenia, tenía hasta ahora su sede provisional en Baidoa, 245 kilómetros al noroeste de Mogadiscio.

Soldados etíopes son recibidos con vítores por los habitantes de la ciudad portuaria somalí de Kismayo.
Soldados etíopes son recibidos con vítores por los habitantes de la ciudad portuaria somalí de Kismayo.EFE

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