Cambio climático
La ONU encargó a un grupo de científicos un estudio sobre el cambio climático y estos han sido contundentes: es irremediable. La cantidad de anhídrido carbónico en la atmósfera ha alcanzado ya un nivel que hace imposible reequilibrar la situación a corto plazo. El problema es, sin lugar a dudas, de unas dimensiones gigantescas. Además todo va a favor de que se agrave. Cada día hay menos masa vegetal capaz de consumir este gas carbónico por la fotosíntesis y al mismo tiempo no se reducen las emisiones, sino que aumentan.
La cuestión es que sabemos todo esto y lo publicamos. Sin embargo, nadie parece dispuesto a liderar el cambio que nos lleve a invertir la situación. Claro que la cosa tiene su complejidad, porque la solución probablemente alterará de modo muy significativo nuestro sistema de soporte vital y social. A ver quién es capaz de explicar y convencer al mundo de que tiene que modificar su modelo industrial o su sistema de producción de energía; quién detiene la fabricación de vehículos que queman derivados del petróleo; o quién explica a los ciudadanos que su modo de vida va a alterarse drásticamente y que el uso de la energía no va a ser ni tan libre ni tan fácil. Hay demasiados intereses particulares que presionan del lado de la continuidad de la situación: países, empresas o personas que impiden que tal cambio radical pueda ni tan siquiera iniciarse. Lo curioso es que siendo capaces de analizar las cosas y de inferir las consecuencias que pueden producirse si no alteramos la situación, somos incapaces de detenernos. La sociedad mundial es como un paracaidista en caída libre. Sabe cuál será el final si no abre el paracaídas, pero es tan agradable la sensación que decide disfrutar del vuelo.
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