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Columna
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2007

Hoy termina un año convulso. Los aficionados a la numerología lo habían augurado: 2006 es par por delante, por detrás y por el medio. Además, el resultado de la suma de los números del guarismo es también una cifra par, el 8. Por razones esotéricas que no viene al caso detallar, las cifras pares gozan de fama inquietante desde tiempos de Pitágoras. Por lo que respecta a Madrid, este año de ingrata recordación se despidió ayer con la bomba de ETA en Barajas. En vez de 12 uvas, nos quieren hacer tragar otros tantos melones. Las 12 campanadas de la Puerta del Sol sonarán tristes esta noche. Ni paz ni felicidad ni gaitas en vinagre. Pero no hay que dar cuartelillo a la tristeza. Podemos encontrar algún consuelo en la numerología, ciencia oculta que hace cábalas sobre la influencia de los números en las personas y en la vida.

2007 es número impar, buen augurio como aperitivo del menú que nos pueda deparar este año. Acaba en 7, guarismo que ocupa lugar de privilegio en la simbología de diversas religiones y escuelas de espiritualidad en Oriente y Occidente. Sin ir más lejos, Dios creó el mundo y al séptimo día descansó. Eso por no hablar de los siete sacramentos, los siete pecados capitales, los siete días de la semana o las siete revueltas de la sierra de Guadarrama. Todas las músicas del mundo están contenidas en las siete notas del pentagrama. Es un número simpático, mágico y notable, aunque algo hermético, una terminación muy solicitada en los despachos de lotería.

Pero hay algo más sugerente todavía en 2007. Lleva dentro de sí un número cabalístico, el 9, que resulta al sumar 2 y 7. Aquí ya estamos hablando de palabras mayores, porque 9 es tres veces el 3, número predilecto de Dios, la Trinidad. También está muy bien visto entre los mosqueteros, por otras razones, claro. De todo ello se puede colegir cabalísticamente que, a lo mejor, este año llegan a un acuerdo de una vez por todas Alá, Yhavé y el Dios de los cristianos. Y entonces vendrá una época de tranquilidad para el planeta, utopía que ya predijo con total desacierto el Cándido de Voltaire.

Hay un dato escabroso, de todas formas, en 2007. Si le quitamos el 2, se queda en 007, con innegable tufillo espía. ¡Qué sabemos! La numerología es falaz. Feliz año, de todas formas.

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