La asociación Iniciativa Sevilla Abierta invita a 'exiliados' de la ciudad a contar sus experiencias

"Es posible otra Sevilla menos ensimismada, más abierta a la innovación y a la contemporaneidad, más cosmopolita, sin dejar por ello de identificarse con lo más atractivo de su historia". Éste es el deseo del movimiento ciudadano Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), una asociación nacida este año y de la que forman parte 700 personas. Algunas de ellas, las que han tenido que salir de su ciudad para abrirse camino, hablaron ayer de sus experiencias en un encuentro que reunió en la plaza del Salvador al actor Antonio Dechent, el ingeniero Javier Feijoo, el productor Perico Barbadillo, el bailarín Víctor Zambrana y la arabista y periodista Natalia Arce, entre otros.

"Tu currículo es demasiado bueno para Sevilla, prueba en Madrid o Barcelona". Esta frase la ha tenido que oír bastantes veces en su ciudad Natalia Arce, sevillana de 35 años que es arabista, ha trabajado en agencias internacionales de noticias, en la BBC y actualmente está haciendo el doctorado en Estudios Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid. "Llevo 11 años fuera y lo que me encuentro al volver es un mercado laboral muy opaco. La tradición más perniciosa es la de sus propias instituciones que, como la misma Universidad de Sevilla, invierten en la formación de sus alumnos y luego no aprovechan ese capital humano", comentó ayer Natalia Arce, una de las exiliadas que compartió su visión de la ciudad con un centenar de personas.

Javier Feijoo, tiene 26 años es ingeniero de Telecomunicaciones y lleva cuatro fuera de su ciudad, primero en Alemania y actualmente en Helsinki (Finlandia). "Aquí es muy complicado todo, no hay claridad en el mercado laboral y es una pena porque cuando sales te das cuenta que estamos bien preparados, que tenemos una formación que nos capacita para estar al mismo nivel que en cualquier país; pero aquí eso no se ve", apuntó Feijoo.

Para el bailarín Víctor Zambrana, 36 años de los cuales lleva una década en Barcelona, Sevilla es una "una ciudad que se queja por todo". "Aquí la tradición y lo contemporáneo siempre se están excluyendo, para que la ciudad evolucione ambas posturas tienen que aprender a convivir", añadió.