Acosado por los ladrillos

La inquietud por las repercusiones ambientales de los desarrollos urbanísticos propuestos por los municipios englobados dentro del futuro Parque Nacional de Guadarrama crece. Los últimos en manifestar su preocupación han sido 37 personajes destacados del mundo de las artes, las humanidades y las ciencias sociales que han dirigido una carta a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona; a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera. Piden que se acelere la declaración de parque nacional o una moratoria de los permisos de edificación. En la vertiente madrileña, el parque afecta a 37 municipios, de los que 20 se hallan inmersos en la revisión de sus planes urbanísticos.

20 municipios del entorno planean crecer construyendo miles de viviendas

Alpedrete, Buitrago de Lozoya, La Cabrera, Rascafría, San Lorenzo de El Escorial, Los Molinos... Son algunos de los municipios que han planteado el cambio de su normativa urbanística. Así hasta 20. Y todos quieren crecer, en proporciones consideradas por sus detractores como desmesuradas. Según los cálculos de Ecologistas en Acción, los municipios madrileños de la zona que han propuesto a la Comunidad la modificación de sus normas urbanísticas plantean la construcción de 43.000 nuevas viviendas. Si el gobierno de Aguirre diera el visto bueno a las pretensiones municipales, supondría incrementar el parque de viviendas del entorno en un 65%.

Para ecologistas y defensores del medio ambiente, estos datos son alarmantes y dan una pista del camino elegido por estas localidades. El pasado 21 de diciembre un grupo de personas decidió enviar una carta abierta a las más altas instancias de la administración central y autonómica.

Entre los firmantes se encuentran destacadas personalidades como Ricardo Aroca, catedrático de la Escuela de Arquitectura y decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid; Pío Cabanillas, ex ministro portavoz del segundo gobierno de José María Aznar; José María Ballester, ex director del Patrimonio Cultural y Natural del Consejo de Europa; Fernando Chueca, historiador y ex director del Museo del Prado; y Baltasar Garzón, magistrado de la Audiencia Nacional.

En el documento muestran su inquietud por el crecimiento que han experimentado diferentes municipios "con independencia de su afiliación política" desde que se anunció la creación de un parque nacional que les afectaría. Según los firmantes de la carta, "se extendió la prisa por ampliar el casco urbano de los pueblos, las recalificaciones de terrenos, y, a veces, las edificaciones irregulares en terrenos rústicos". Una fiebre constructora que parece tener como telón de fondo el temor a que las protecciones previstas les pongan más complicado el seguir edificando.

Para impedir que la situación prosiga, ruegan a las autoridades públicas que aceleren los trámites para la declaración de Parque Nacional de la zona. Y, si ello no es posible, que se declare algún tipo de moratoria general de los permisos de edificación del entorno del Guadarrama. De otra forma, afirman, "el perjuicio al medio ambiente, ya empezado, será irreparable".