El año del baloncesto
Los deportistas españoles eligen a la selección y a Gasol como triunfadores de 2006 junto a Federer y Pereiro
El deporte español pasó de la depresión a la euforia en sólo dos meses, el tiempo que va desde el fracaso de la roja en el Mundial de fútbol de Alemania al triunfo de la selección de baloncesto en el de Japón. El éxito alcanzado en Saitama fue rotundo en la pista y estruendoso en la calle. El grupo de Pepu Hernández era tan aclamado por lo bien que jugaba como admirado por su manera de disfrutar de la competición, alejado de cualquier protagonismo personal y entregado al espíritu de equipo reflejado en su entrenador. Así se explica su victoria en la final contra Grecia a pesar de la ausencia del líder, Pau Gasol, el pivote alrededor del que se formó el carácter ganador de la selección. La gente se emocionó e identificó con los valores que transmitían aquellos jugadores de baloncesto, que se batieron con grandeza en un deporte especialmente exigente y de impacto mundial por la participación del equipo de Estados Unidos.
"Pau es el líder espiritual de España", declara Pepu Hernández, el guía de los campeones del mundo
Ningún dato puede refrendar mejor el carisma y calidad de la selección que la presencia de Pau Gasol, Garbajosa, Calderón y Sergio Rodríguez en la NBA, un torneo inalcanzable hace poco tiempo para cualquier español. La encuesta anual de El PAÍS subraya igualmente el valor del título conseguido. Ha sido elegido como el momento estelar, mientras Gasol es distinguido como el mejor deportista español porque el uno difícilmente se concibe sin el otro. A juicio de los 100 encuestados, 2006 ha sido el año del baloncesto. Más que sorprendente era inédito que la selección se colgara la medalla de oro, circunstancia a tener en cuenta para comprender el puesto que el Barça, campeón de la Liga y de Europa, y Fernando Alonso, han ocupado en la encuesta. La dispersión del voto ha jugado en contra del doble campeón del mundo de fórmula 1, que ha competido en tres de los apartados, y en dos ha quedado segundo, después de revalidar el título en un excelso mano a mano con Michael Schumacher, retirado una vez ha contado siete títulos y batido todos los récords, a excepción de grandes premios disputados, que pertenece a Ricardo Patrese (256 ante 249).
La fiabilidad del asturiano, capaz incluso de lograr la corona cuando había anunciado a finales de 2005 que en 2007 dejaría Renault para competir con McLaren, ha sido tan extrema en los circuitos como la de Roger Federer en las pistas. El tenista suizo, destacado como mejor deportista del mundo, ha ganado doce torneos, entre los que sobresalen tres del Grand Slam: Australia, Wimbledon y Estados Unidos. Federer sólo perdió la final de Roland Garros porque se cruzó con otro de los iconos del deporte español, Rafael Nadal, número 2 del mundo y el mejor en tierra batida.
Dos campeones, como Jorge Lorenzo y Álvaro Bautista, han quedado por detrás de Óscar Pereiro como deportista revelación, quizá porque el mundo del motociclismo auguraba el éxito de sus dos pilotos mientras que en el ciclismo, retirado por accidente Alejandro Valverde, no se apostaba por un gallego de 28 años, ahora 29, que en la carretera le disputó la victoria a Floyd Landis en el Tour. Desposeído el estadounidense del triunfo final por dopaje, Pereiro aguarda todavía a que se le proclame ganador de la ronda francesa, cosa que no está nada clara en un deporte siembre bajo sospecha.
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