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La fiscal mantiene su petición de tres años por maltrato en una guardería

La defensa intenta desacreditar a la testigo de cargo y ex trabajadora del centro vitoriano

El juicio que se sigue contra la directora y dos ex educadoras de la guardería vitoriana Primeros Pasos por un supuesto delito de maltrato continuado a menores quedó ayer visto para sentencia. La Fiscalía y los abogados de las acusaciones particular (la Asociación de Padres Damnificados por Escuelas Infantiles) y popular (la Asociación Clara Campoamor) mantuvieron sus solicitudes de penas de tres años de cárcel y otros tantos de inhabilitación profesional para cada una de las acusadas.

Las defensas de las encausadas pidieron la libre absolución por entender que no han quedado acreditados los malos tratos a los niños y que el testimonio de la principal testigo de cargo, una ex educadora del centro, no rsulta fiable.

La fiscal destacó que los malos tratos han quedado acreditados después de escuchar a esa testigo, a otra ex educadora que trabajó de forma temporal en la guardería y a varias alumnas en prácticas que pasaron por el centro en diferentes momentos entre febrero de 2001 y noviembre de 2003, que es cuando la Fiscalía comienza su investigación.

La fiscal trató de demostrar que fue en esas fechas cuando se produjeron los malos tratos, como obligar a los pequeños de hasta tres años a tragar sus vómitos cuando echaban la comida o golpearles en la boca poniendo antes una bayeta para no dejar marcas. Según la fiscal, el exceso de niños por aula y la falta de personal disparó la tensión entre las educadoras, especialmente a la hora de comer.

La defensa cargó contra la principal testigo de cargo, a la que le acusó de mentir y de urdir toda la trama de los malos tratos por una venganza laboral. Según la defensa, la directora del centro no atendió a sus reivindicaciones laborales y ello fue el detonante de la denuncia.

También incidió en el hecho de que la testigo presenciase los malos tratos prácticamente al mes de comenzar a trabajar y no dijera nada hasta dos años y nueve meses después, que fue cuando finalizó su relación laboral al ser despedida por la directora. "¿Es creíble que una educadora vocacional no haga nada por defender a unos niños indefensos durante todo ese tiempo si realmente presenció malos tratos?", terminó preguntándose.

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