Heridas dos mujeres al arrancar un tren de Ferrocarrils con las puertas abiertas
Generalitat y sindicatos creen que el accidente se debió a un error humano
Dos mujeres resultaron heridas ayer en la estación de Provença de Barcelona al arrancar con las puertas abiertas un tren de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). Técnicamente es imposible que un tren pueda arrancar con las puertas abiertas, ya que existe un mecanismo de seguridad que lo impide, aunque puede desactivarse manualmente. Que se produjera un error humano es la hipótesis que toma más fuerza. Así lo aseguraron ayer el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, y fuentes sindicales, pero FGC no confirmó la causa del accidente.
Cuando el convoy de los FGC arrancó, a las 8.30 horas, una pasajera estaba entrando en el tren por la segunda puerta del primer vagón y fue arrastrada. Una empleada de FGC intentó ayudarla, aunque también fue arrastrada.
Segundos más tarde, un interventor de la estación activó un sistema de seguridad que paró el tren, que sólo avanzó unos 40 centímetros. Las dos mujeres fueron rescatadas y trasladadas al hospital Clínico de Barcelona. Una portavoz del centro indicó que permanecen con pronóstico reservado, aunque no se teme por su vida. El maquinista del tren sufrió un ataque de ansiedad y fue trasladado a la clínica Delfos.
La Generalitat ha abierto un expediente informativo a FGC para que determine las causas del accidente. El responsable de operaciones de la compañía, Oriol Juncadella, aseguró que "todas las hipótesis están abiertas". "Puede haber sido un defecto de la instalación del propio tren como un fallo operativo", añadió. El consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, precisó en Tarragona que la principal hipótesis es que la causa sea un error humano, informa Oriol Aymí. FGC no confirmó esta teoría y aseguró que el miércoles entregará a los Mossos d'Esquadra un informe sobre los hechos. Por ello, entrevistará a las dos heridas y a los testigos de los hechos, y revisará la caja negra del tren y las grabaciones del circuito cerrado de televisión.
Fuentes sindicales recordaron que es "imposible" que un tren arranque con las puertas abiertas, porque lo impide su sistema de seguridad. Pero este mecanismo puede ser desactivado manualmente por personal de FGC, aunque para hacerlo se necesita la autorización del centro de operaciones de la compañía.
Andenes al límite
La estación de Provença es una de las más concurridas de la ciudad. En hora punta, entre las siete y las diez de la mañana, pasan 11.000 viajeros de media. La razón: hacen parada todas las líneas que van al Vallès, las que finalizan en la avenida del Tibidabo y Reina Elisenda, y las líneas 3 y 5 del metro. Pero sus andenes, que tienen tres metros de ancho, se han quedado pequeños, ya que sólo pueden acoger a un máximo de 580 pasajeros simultáneamente.
Para evitar incidentes, FGC decidió instalar mamparas para evitar que alguien pudiera caer a las vías. Hay cinco personas que controlan la apertura y el cierre de estas puertas. Precisamente, la empleada de FGC herida se encargaba de ello.
En hora punta la estación de Provença está al límite de su capacidad. Por ello, la Generalitat decidió ampliar sus instalaciones. En un principio, se optó por incrementar la longitud de los andenes. Tras el hundimiento del Carmel, los vecinos del Eixample mostraron su malestar por este proyecto porque significaba excavar bajo bloques de pisos de la calle de Balmes. La decisión final fue construir un vestíbulo de grandes dimensiones para regular el acceso de los viajeros hacia los andenes.
El accidente obligó a FGC a interrumpir durante hora y media la circulación entre las estaciones de Catalunya y Gràcia. Los trenes llevaron retraso durante la mañana.
La estación de Provença fue desalojada y se cortaron todos sus accesos. Los pasajeros que iban hacia el Vallès tuvieron que desplazarse en autobús hasta Gràcia y algunas líneas se desbordaron.
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