Las municipales iraníes, primera prueba electoral de Ahmadineyad

El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, instó ayer a los iraníes a votar en las elecciones de mañana. En juego están los consejos municipales y la Asamblea de Expertos, pero también la legitimidad del sistema. En los últimos años, muchos de los 46,5 millones de potenciales votantes (2,4 millones más que en las presidenciales de 2005) se han desencantado ante la ausencia de cambios tangibles. La convocatoria constituye además el primer examen electoral a las políticas del presidente Mahmud Ahmadineyad.

En unas declaraciones transmitidas por la televisión oficial, y reproducidas por las agencias de noticias, el líder dijo que esperaba que "la gente participe en los comicios con gran determinación y motivación para demostrar al mundo el honor de Irán en este nuevo desafío revolucionario". Jamenei subrayó sobre todo la importancia de la Asamblea de Expertos, un órgano de 86 miembros encargado de elegir al líder, supervisar su labor y, en su caso, destituirle.

Entre los 163 candidatos a la Asamblea, destacan el ex presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyani (derrotado por Ahmadineyad en las presidenciales de 2005) y el ayatolá Mohamed Taghi Mesbah Yazdi, considerado el mentor espiritual del presidente. Aunque en teoría un gran éxito de la lista encabezada por Mesbah Yazdi reforzaría a los sectores fundamentalistas de los que ha salido Ahmadineyad, los analistas esperan pocas sorpresas y están convencidos de que el bloque tradicionalista que respalda al líder seguirá contando con la mayoría de la Cámara.

Esa convicción y el hecho de que sus dos deliberaciones anuales sean secretas parecen estar detrás de que las elecciones a la Asamblea siempre hayan atraído menos votantes que el resto. Por eso, en esta ocasión se han hecho coincidir con las municipales (que se adelantan un año y medio) con el fin de animar la asistencia y reducir costes. No obstante, en la anterior convocatoria, en 2003, la desilusión con el Gobierno reformista de Mohamed Jatamí también hizo que la participación fuera muy baja (apenas un 49%) y los conservadores se hicieron con el control de Teherán y otras grandes ciudades.

Movilizar simpatizantes

Ahora, nadie se atreve a hacer pronósticos. Los reformistas confían en que su pacto para presentar una lista única, que incluye a varios ex ministros de Jatamí, y la falta de mejoras en la situación económica, les ayude a volver a la escena política. Su esfuerzo se concentra sobre todo en Teherán, donde los conservadores se presentan divididos. Por un lado, los pragmáticos defienden que permanezca como alcalde Mohamed Báquer Qalibaf. Por otro, los partidarios de Ahmadineyad, etiquetados de fundamentalistas, temen la futura competencia política del alcalde.

"Si ganan los partidarios de Ahmadineyad, querrá decir que el fenómeno social que le llevó al poder aún está vivo; pero si pierden, significa que los reformistas y los conservadores moderados han reforzado sus posiciones", dice el analista Amin Mohebian.