Garzón ordena grabar en vídeo el periodo de incomunicación de los detenidos por terrorismo

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dictó ayer un auto en el que ordena la grabación en vídeo o DVD de los 11 islamistas detenidos en Ceuta durante todo el periodo que permanezcan incomunicados en celdas o dependencias policiales. La medida se hará extensiva a todos los detenidos de ETA.

Es la primera vez que un juez español adopta una serie de medidas de protección contra la tortura, tratos inhumanos y degradantes, siguiendo las recomendaciones realizadas el pasado marzo por el relator especial de la ONU sobre la tortura, Manfred Nowak.

La grabación tiene como finalidad "acreditar el desarrollo de la detención incomunicada".

El magistrado impone a la policía que le informe de las incidencias relativas a los detenidos cada 12 horas y, además, siempre que se considere necesario, "sin perjuicio de que el instructor puede constituirse en el lugar de la detención para conocer dicha situación en cualquier momento", precisa el auto.

En los protocolos que la policía deberá cumplir figura que informe al juez sobre las características del lugar de la detención y el tiempo de permanencia en el mismo del detenido sin contacto con persona alguna.

Además, los incomunicados podrán "ser examinados por médicos de su elección si así lo solicitan", junto con el forense de la Audiencia Nacional, que deberá realizar visitas a los lugares de detención "cada ocho horas máximo, y siempre que fuese necesario". Los familiares de los detenidos deberán ser informados del lugar en el que éstos se encuentran y de los posibles traslados que se produzcan.

El magistrado de la Audiencia Nacional destaca en el auto: "Lo anterior no se hace porque este Juzgado tenga sospecha de tortura o malos tratos, sino para prevenir la propia acción de los funcionarios y los derechos de los detenidos".

La medida, según fuentes jurídicas, no sólo afectará a la prevención frente a posibles torturas, sino que también servirá para desacreditar en los juicios las continuas denuncias de los terroristas de que sus confesiones, incluso las realizadas en sede judicial, fueron obtenidas mediante malos tratos o torturas. La experiencia demuestra, según las citadas fuentes, que en muchas ocasiones los terroristas necesitan el alivio de contar lo que han hecho, aunque luego, por la presión del propio grupo terrorista, se vean obligados a retractarse.

El delegado del Gobierno en Ceuta, Jenaro García Arreciado, ha destacado que en la Operación Duna no hubo "brutalidad policial", como denunciaron familiares de detenidos, "sino una actuación contundente, porque en estos casos no se puede llamar a la puerta antes de entrar".