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Gazprom quiere hacerse con el 50% de Sajalín 2

Pilar Bonet

Gazprom y la petrolera angloholandesa, Royal Dutch Shell, estaban ayer "cercanas a un acuerdo" sobre la participación del consorcio del gas ruso en el proyecto Sajalín 2, según manifestó el presidente del consejo de directores de Gazprom y primer vicejefe del Gobierno ruso, Dmitri Medvédev. El funcionario insinuó que el consorcio desearía una participación del 50%, pero admitió que podría aceptar un porcentaje inferior, dependiendo de otros elementos del trato que se negocia.

Para aderezar los regateos sobre el proyecto integrado de gas y petróleo más importante del mundo, el vicejefe de la agencia protectora de la naturaleza, Oleg Mitvol, valoró ayer en 10.000 millones de dólares los daños que éste ha causado, según él, al entorno en la isla de Sajalín. Mitvol anunció que su agencia demandará a los responsables de Sajalín 2 el próximo marzo ante distintos tribunales rusos e internacionales, incluido el Tribunal de Arbitraje de Estocolmo.

Para Gazprom "la cuestión del porcentaje tiene importancia, pero no una importancia crítica", dijo ayer Dmitri Medvédev a un grupo de corresponsales extranjeros. "Tradicionalmente, en los negocios que realiza en territorio de Rusia, Gazprom tiene una participación de control, pero puede haber desviaciones de esta norma", dijo el funcionario, y agregó: "Puede ser el 50% o puede ser menos, la cuestión precisamente es cómo valorar los gastos de las partes y como configurar el futuro negocio". Gazprom, según dijo, no está dispuesto a integrarse en el proyecto "a cualquier precio".

Shell, con un 55%, es la principal accionista de Sajalín 2 y el resto corresponde a las japonesas Mitsui y Mitsubishi, con un 25% y un 20%, respectivamente. Sajalín 2 funciona en régimen de reparto de producción (PSA), una fórmula aplicada en los años noventa por Rusia para atraer inversores internacionales. En 2005, Shell y Gaz-prom habían llegado a un acuerdo para intercambiar un 25% de Sajalín 2 por un 50% en la explotación del campo de gas de Zapoliarnoe en Siberia. El trato abortó cuando Shell anunció que los costes de Sajalín 2 se habían disparado desde los 12.000 millones de dólares iniciales a 20.000 millones.

El Estado ruso no acepta el aumento presupuestario, y el ministro de Industria, Víctor Jristenko, subrayó ayer que Rusia no debe asumir los riesgos comerciales de Sajalín 2. Mitvol, por su parte, afirmó la agencia va a comenzar una inspección de Sajalín 1, pero no precisó fechas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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