En clave cambiaria
El dólar se está depreciando. Para muchos, retoma una senda que se inició en 2002 y que está vinculada al elevado déficit corriente de la economía estadounidense. Esta senda de depreciación se detuvo al comenzar 2005, como consecuencia de que el dólar estuvo temporalmente soportado por el diferencial de tipos de interés que se percibió como favorable para EE UU. En el momento actual, las expectativas que el mercado financiero tiene sobre el diferencial de tipos de interés están cambiando. Mientras que en Europa consolida la fase expansiva y se espera que el BCE suba algo más sus tipos de interés en 2007, el mercado descuenta que la Reserva Federal podría haber finalizado el ciclo alcista de tipos y que podría comenzar a reducirlos en el primer semestre del próximo año. Esta expectativa asume que la actual desaceleración del sector inmobiliario estadounidense tendrá un notable impacto negativo sobre el resto de la economía. Sin embargo, en el escenario más probable, en los próximos meses se confirmará que este impacto es pequeño.
Una depreciación adicional del dólar es posible, pero probablemente serán las divisas asiáticas las que deberían apreciarse
En todo caso, sin apoyo del diferencial de tipos, el déficit corriente de EE UU volverá a pesar. Aunque éste da señales de estar estabilizando, sus elevados niveles sesgarán a la baja al dólar. No es descartable, por tanto, que, cuando se pone en relación con todas las monedas de los países con los que comercia EE UU, el dólar se deprecie un poco en 2007. Ahora bien, la clave será determinar cuáles de esas monedas van a ser las que se aprecien. Hasta ahora gran parte del proceso de la depreciación del dólar desde 2002 la han asumido divisas como el euro, el dólar canadiense o el yen. Sin embargo, otras monedas permanecen ancladas al dólar, a pesar de que sus economías muestran un notable dinamismo y de que tienen elevados superávit corrientes. Lo ideal sería que su proceso de apreciación fuese gradual pero continuo y probablemente que aumentase en magnitud.
El mercado cambiario será protagonista de 2007. Una depreciación adicional del dólar es posible, pero probablemente serán las divisas asiáticas las que deberían apreciarse. Para el euro, un buen pronóstico a un horizonte de un año sigue siendo un nivel del 1,30 con el dólar, muy próximo a su cotización actual, pero más apreciado que en 2006, en el que su promedio ha sido del 1,25.
Mayte Ledo es economista jefe para Europa y Escenarios Financieros del Servicio de Estudios del BBVA.
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