Amor en Formentera

Hace un año, la cantante de Chambao -que acaba de publicar el disco Caminando 2001-2006- visitó Formentera con su pareja.

Dice que fue un viaje introspectivo.

Fue un respiro, unos días tranquilos muy bonitos... Me ayudaron a conocer más a una persona muy importante en mi vida pasando un tiempo juntos.

Es decir, que Formentera es un buen lugar para perderse en pareja.

Sí, y especialmente en otoño-invierno. Desconectas; es otro mundo, pero está ahí al lado.

¿Y qué hicieron?

Nos acogió un amigo músico en su casa tipo ibicenca, muy rústica. Alquilamos un coche y recorrimos la isla de pe a pa, hicimos submarinismo...

¿Un sitio que no hay que perderse?

El faro de la Mola. Allí te sientes como en el filo del mundo. Estás muy en paz. Me senté y estuve tirando piedrecitas, escuchando cuando llegaban al fondo del mar. Formentera ha sido un descubrimiento, como Marruecos la primera vez que salí de España.

¿De cuándo data aquella aventura?

De la adolescencia. Fue una revolución de olores, de cultura, de colores... Iba con un grupo de amigos en plan mochileros. Fuimos a Chefchaouen y estuvimos mezclándonos con la gente y comiendo como marqueses: pan de pita, mantequilla, mermelada casera, unos zumos de naranja que te mueres, el cuscús, la harira...