El operador catalán de telecomunicaciones Al-pi reducirá capital en 33,3 millones para enjugar deudas
La empresa de telecomunicaciones Al-pi, participada en un 75% por France Telecom y en un 25% por la Generalitat, intenta mirar hacia adelante al margen de las nuevas especulaciones sobre la posibilidad de que el Gobierno catalán plantee recomprar el 75% al operador francés o vender su 25%.
El operador catalán, que fue privatizado en la etapa del Gobierno de CiU, ha convocado una junta de accionistas para el próximo 30 de diciembre, para aprobar una reducción de capital de 33,3 millones de euros que "restablezca" el equilibrio patrimonial de la compañía.
Según explicó el director comercial y de mercadotecnia de la compañía, Andreu Vilamitjana, esta reducción de capital servirá para acabar con las deudas acumuladas por la operadora en los últimos años y sanear sus cuentas, cuyos números rojos, no obstante, se han reducido en los últimos años.
Al-pi ha pasado de unas pérdidas de 12 millones de euros en 2002 a 7,5 millones en 2004 -últimas cuentas aprobadas por los accionistas- y en 2005 los resultados son "apreciablemente mejores", explicó Vilamitjana. Asimismo, añadió que "la deuda es decreciente" y que, tras la reducción de capital, la compañía quiere acabar con las deudas "en breve".
Para conseguirlo, cuenta con el incremento progresivo de la facturación en los últimos años. Vilamitjana recalcó que "los ingresos de la compañía se han multiplicado por 10 en siete años". La facturación se elevó un 12% en 2005 y se situó en 59,46 millones de euros.
Vilamitjana también destacó la importancia del concurso ganado por Al-pi por el que se encargará de los servicios de voz y videoconferencia y los servicios de red inteligente de la Generalitat, por 52,6 millones, en cuatro años.
El próximo año vencen otros grandes contratos de voz y datos de la Generalitat: los servicios de telefonía móvil y las redes sanitaria y educativa, contratados con Amena y Telefónica, respectivamente, por un importe anual de 22 millones de euros. Al-pi pujará por el contrato de móviles.
El responsable de la operadora se mostró esperanzado con la tecnología de telefonía sobre IP que desarrolla la compañía, ya que "permite la convergencia entre fijo y móvil".
Al-pi invirtió 12 millones en 2005 para desarrollar red propia y no depender de Telefónica, una cifra que ha renovado en 2006. La operadora cuenta con infraestructura propia en las cuatro provincias catalanas y en las poblaciones de más de 30.000 habitantes.
Este desarrollo se ha traducido en que el 60% de los nuevos clientes cuentan con acceso a través de red propia de Al-pi. La Administración sigue siendo un pilar importante para la operadora, aunque supone el 30% de los clientes totales, frente al 100% de 1999. Para 2007, Al-pi centrará esfuerzos en ganar terreno en el sector financiero y sanitario, y en continuar extendiendo la red propia.
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