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Casi 1.000 alumnos fueron expedientados el curso pasado, la mayoría en A Coruña y Pontevedra

Los centros educativos de Galicia abrieron expediente disciplinario el curso pasado a 967 de los 372.000 alumnos que estudian en la comunidad. La mayor parte de los escolares que protagonizaron conflictos en las aulas proceden de las provincias de Pontevedra y A Coruña, con 424 y 347 casos, respectivamente. Los problemas de convivencia no han aumentado. Según los datos que maneja Educación, en el curso anterior (2004-2005) se registraron sólo cinco casos menos.

Los problemas de indisciplina escolar en Galicia se concentran en la adolescencia. Las edades en las que se producen más roces de convivencia en las aulas están entre los 14 y 16 años. Según explica el delegado de la Consellería de Educación en A Coruña, Pedro Armas, el 94% de los expedientes disciplinarios que se abrieron en esta provincia durante el curso 2005 y 2006 afectaron a muchachos matriculados en la ESO. Esta circunstancia se repite incluso en Lugo y Ourense, las zonas de la comunidad gallega más tranquilas.

Alumno de entre 12 y 16 años, procedente de ambientes marginales y cursa la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), es el perfil de los escolares que presentan algún problema de convivencia en las aulas en la provincia de Lugo, donde el año pasado se abrieron 98 expedientes disciplinarios y en lo que va de este año, 17, sobre un censo de algo más de 11.000 alumnos. Un total de 82 de los 98 expedientes se correspondieron con estudiantes de ESO, 10 con muchachos de bachillerato y tan sólo seis se abieron en educación primaria.

Clavar un bolígrafo

El delegado provincial de Educación en Lugo, José Rábade, sostiene que ésta "no es una provincia especialmente conflictiva". Uno de los últimos casos de conflictividad se produjo hace unos días en el instituto Sanxillao de Lugo capital, cuando un alumno, de 13 años y estudiante de primero de ESO, le clavó un bolígrafo en la cara a su compañero de pupitre.

El alumno agredido tuvo que ser atendido en el hospital Xeral-Calde. El fiscal de menores se hizo cargo del caso y el agresor fue expulsado del centro durante cinco días. Rábade sostiene que las agresiones en Lugo son "hechos aislados", y está convencido de que las medidas que pondrá en marcha la Consellería de Educación servirán para "atajar" este tema.

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Según el delegado lucense, la mayor parte de los padres asumen los expedientes y colaboran en la búsqueda de soluciones para acotar el problema, aunque también se dan casos, comentó, "en los que no entienden las medidas disciplinarias".

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