Pfizer pierde 18.800 millones de valor tras renunciar a un fármaco

Pfizer, el mayor grupo farmacéutico del mundo, sufrió ayer un importante descalabro en Wall Street, después de que anunciara este fin de semana por sorpresa el abandono de la investigación de un nuevo tratamiento contra el "colesterol malo". La compañía perdió en pocos minutos 25.000 millones de dólares (18.800 millones de euros) de capitalización bursátil. No se descarta el despido de varios miles de empleados.

La suspensión de las pruebas clínicas del Torcetrapib es una mala noticia para los enfermos de dolencias coronarias, pero también para los inversores de Pfizer, que vieron en pocas horas cómo las caídas en su cotización se llevaban por delante hasta un 15% del valor de mercado de la farmacéutica. Al cierre de la sesión, los títulos de la compañía caían un 10,88% en el New York Stock Exchange y sus acciones se pagaban a 24,83 dólares. La pérdida en la sesión ha sido de 23.000 millones de dólares. Este año habían ganado casi un 20%.

Un comité independiente que supervisa las pruebas del Torcetrapib aconsejó la noche del sábado a la dirección de Pfizer que había que paralizar las pruebas médicas, a raíz de las muertes y los problemas cardiovasculares desarrollados por los pacientes sometidos al medicamento experimental. La compañía ha dedicado más de 800 millones de dólares al desarrollo de este fármaco.

Pfizer tiene cada vez más complicado sacar nuevos productos al mercado y algunos de sus medicamentos estrella, como el Lipitor, están a punto de perder las patentes. La previsión es que las ventas de la compañía caigan este año hasta los 47.100 millones de dólares, frente a los 51.000 millones de 2005, y que bajen hasta los 41.700 millones en 2008. Estos cálculos no tienen en cuenta el efecto del Torcetrapib, que debía salir al mercado en 2009. La expiración de patentes le costará alrededor de 14.000 millones a Pfizer entre 2005 y 2007.

Los bancos de inversión empezaron a revisar ayer sus proyecciones y aconsejan a los inversores que mantengan una posición neutral, en lugar de comprar títulos de la empresa. Morgan Stanley, JP Morgan y Lehman Brothers consideran ahora que el precio de la acción de Pfizer está sobrevalorado.

El contratiempo pude acelerar el proceso de reestructuración de la compañía, por la vía de la regulación de empleo o lanzando nuevas adquisiciones. Pfizer anunciaba la semana pasada el despido de 2.200 empleados que se dedican a la venta de medicamentos, el equivalente al 20% de la plantilla del departamento comercial. La compañía da empleo en la actualidad a unas 106.000 personas en todo el mundo.