Tormentas en Industria
El fallo contra el traslado de la CMT y la destitución del director de la Escuela de Organización Industrial agitan el ministerio
Dos hechos sucesivos han estallado en el Ministerio de Industria desde que lo ocupa Joan Clos. Primero, por orden cronológico, fue el cambio en la dirección de la Escuela de Organización Industrial (EOI); segundo, y de mayor calado, la decisión del Tribunal Supremo de declarar nulo el traslado de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) a Barcelona por defecto formal y falta de información en el Real Decreto que lo justificaba. Los dos temas, aparentemente tan lejanos, tienen en común que cuestionan la actuación de la Subsecretaría del Ministerio, ocupada por María Teresa Gómez Condado, responsable del relevo en la EOI y del texto del Real Decreto.
La crisis de la EOI se produjo recién aterrizado Clos, que se limitó a darse por enterado en un momento en el que bastante tenía con gestionar el recurso interpuesto por E.ON por las medidas contra su OPA sobre Endesa. El problema realmente grave llegó con la decisión del Supremo sobre el traslado de la CMT a Barcelona, realizado precisamente cuando él era alcalde de la ciudad y a la que se habían opuesto el PP y la Comunidad de Madrid, organismo que recurrió ante el Supremo. En el ministerio esperan el auto del máximo tribunal, pero subrayan que, según lo que se ha adelantado, es un defecto formal subsanable y que el traslado será definitivo en cuanto se solventen los errores. Pero más allá de las declaraciones oficiales, otras fuentes consultadas aseguran que a Clos no le ha gustado nada encontrarse con este pastel que no sólo le deja a él en mal lugar, si no al anterior ministro y hoy presidente de la Generalitat, José Montilla, y al propio Gobierno. El ministro quiere cerrar filas y dar el asunto por zanjado, entendiendo que se van a superar esos defectos sin problemas. Las fuentes oficiales del ministerio aseguran que es una tormenta en un vaso de agua, pero dentro del departamento se critica la actuación de la Subsecretaría por no haber sido más exquisita en un tema tan delicado como es el traslado de un organismo y que el ministro ha tomado nota. En su comparecencia en el Congreso el pasado miércoles, Clos aseguró que, en caso de confirmarse la sentencia del Supremo, el Gobierno subsanará las carencias y tramitará una nueva norma. Clos afirmó que no hay ningún motivo para revisar "desde el punto de vista político" los principios sobre los que se basa la decisión de trasladar la CMT, por lo que el Gobierno "continuará en esa línea en el futuro" ya que "se trata de un criterio de desconcentración territorial acorde con la Constitución y con los fundamentos del estado de autonomías".
Los sindicatos acusan a la subsecretaria de gestionar el EOI como su empresa particular
A pesar de la tranquilidad a la que se apela en Industria, el asunto de la CMT ha removido otra tormenta, en este caso menos aireada: la destitución del director de la EOI seis meses después de su nombramiento. La EOI, creada para especializar a los ejecutivos del antiguo Instituto Nacional del Industria (INI) y que el año pasado cumplió 50 años de existencia, está desde hace 10 gobernada por un Patronato en el que conviven instituciones públicas y privadas bajo la presidencia de la Subsecretaría de Industria, que ahora ocupa Teresa Gómez Condado. El pasado marzo, Gómez Condado decidió impulsar la veterana escuela. El primer paso fue el relevo del director, Félix Santamaría, que había sido nombrado en 1996 tras la llegada del PP al Gobierno.
La subsecretaria, tras rechazar el cargo Jacinto Cañete (un veterano de la casa) por razones personales, nombró a Luis Cueto, un hombre de su entera confianza. Cueto puso en marcha la modernización y presentó un Plan Estratégico 2007-2010 cuyo planteamiento era que la EOI pudiera competir con las escuelas de negocios privadas IESE, Esade e Instituto de Empresa. Pero, a juzgar por las consecuencias, cometió algún error. En sólo seis meses, la subsecretaria perdió la confianza en él y le destituyó el pasado octubre, 10 días antes de la reunión del Patronato, anunciándolo ante casi 15 subdirectores generales del ministerio antes que a los patronos. Le ha sustituido Rosa Arce, anterior directora académica.
Este periódico ha intentado, sin conseguirlo, hablar con Gómez Condado. A través de la portavoz oficial del ministerio, la subsecretaria se remitió a lo que le había dicho al propio Cueto: "En un puesto de alta dirección basado en la confianza, a mi entender no hay más explicación que dar que esa confianza ya no existe; y no se trata de un tema de amistad, sino exclusivamente profesional". Las razones esgrimidas por Industria para justificar esa fulminante decisión fueron que habían tomado algunas decisiones sin consultar con el patronato, tales como la conversión de los contratos temporales en fijos y poner en marcha el plan estratégico sin que hubiera sido aprobado.
Los representantes de los trabajadores, que cuentan con comité de empresa desde julio, sostienen que temen que vuelvan las etapas de "parálisis" y "más de lo mismo que antes". El comité pidió explicaciones e, incluso, se llegó a preguntar en el Servicio de Comunicación de los Ciudadanos de La Moncloa sobre la sustitución. Esta circunstancia provocó la reacción de Industria, que en una carta a Cueto le pidió informes sobre su gestión al frente de la EOI, entre otras cosas la de fomentar la creación del comité de empresa, la conversión de temporales en fijos y medidas para promocionar la conciliación de la vida laboral y familiar. Según Cueto, el Patronato conocía "perfectamente" las iniciativas y "desde luego la Subsecretaría" y que, además, "fueron aprobadas por ellos". "En definitiva", dice Cueto, "se trataba de ilusionar a la gente, animarla y generar confianza".
El comité de empresa, además, envió una carta a la subsecretaria en la que la tachan de "tratar la escuela como si fuera su empresa particular". Y culminan: "En sus 50 años de historia no se ha visto nunca el nivel de injerencia, impropio de comportamientos democráticos como desde que usted preside el patronato". El comité exige participar en las decisiones que se tomen, porque en su opinión se crea una situación de inestabilidad ante el futuro.
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