Problemas a los alcaldes
Quién les iba a decir los alcaldes que en la recta final de sus respectivos mandatos se iban a encontrar con dos serios problemas derivados de la normativa que emana de la Junta de Andalucía. La regulación de la "botellona" y el freno a la especulación urbanística, suponen dos frentes inesperados a pesar de que son medidas absolutamente necesarias y urgentes de aplicar dado el alcance que están teniendo en nuestras ciudades y pueblos las concentraciones de jóvenes para consumir alcohol en plena vía publica o el "ladrillismo" sin control. Todos reclamaban soluciones y ahora que hay propuestas encima de la mesa, vienen las quejas.
En cuanto a la "botellona", una vez que ha entrado en vigor la ley que tanto demandaban desde los Ayuntamientos, se han acabado las excusas. Es el momento de llevarla a la práctica y esa tarea, desde luego desagradable, corresponde a los responsables municipales. Los ha habido remolones, pero la presión social les ha obligado a asumir la habilitación de recintos adecuados para ese tipo de movida juvenil así como la supresión de las concentraciones ya no permitidas legalmente. Si bien hubo al principio reticencias, hasta de la propia policía local, que sorprendentemente anunciaba que no estaba preparada para llevar a cabo esta tarea, lo cierto es que ya se están conociendo los primeros efectos de la entrada en vigor de la ley.
En Sevilla capital, su dirigentes municipales han sido diligentes y tratan de llevarla a la practica por lo que se han producido, al menos, cinco heridos este pasado fin de semana al intervenir los agentes para disolver una reunión de este tipo en plena calle. Tuvieron que efectuar una "carga" en la zona de la Cuesta del Rosario, desalojando, también, otros puntos del casco histórico, como la Alfalfa y la Plaza del Museo. A pesar de las lógicas quejas de los afectados por la forma de actuar de la policía, lo cierto es que los vecinos serán los primeros en agradecer que, por fin, desde el Ayuntamiento se decidan a actuar, a pesar de la impopularidad que generan las imágenes de enfrentamientos y percances entre los policías y los jóvenes, que, no se olvide el dato, también votan.
Y qué decir de los efectos de la entrada en escena del decreto por el que se incorporan al POTA aquellas resoluciones aprobadas en el Parlamento para mejorar este documento entre las que destacan las aportaciones de IU relativas a no admitir crecimientos urbanísticos que supongan durante ocho años incrementos superiores al 40 % en el suelo urbanizable y al 30 % en la población. La patronal se ha puesto en pie de guerra y el PP ha encontrado aquí un motivo, no sólo para congraciarse con la CEA, sino, también, para provocar el desgaste del gobierno andaluz, a pesar de que hasta ahora habían denunciado la falta de control urbanístico por parte de la Junta. No se descarta que a lo largo de esta semana se sumen al coro de los discrepantes los alcaldes que ven peligrar así su particular "cuento de la lechera" basado en sus respectivos planeamientos que contemplan importantes ingresos que se pueden ver cercenados por las nuevas directrices autonómicas.
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