Menú infantil en Barcelona
Actividades que convierten la ciudad en un parque de diversión
Adónde vamos hoy?", dispara mi hijo en cuanto abre los ojos. Es una de las preguntas más temidas por los padres en temporada de fin de año, y una de las ocasiones en las que agradezco vivir en Barcelona.
Salimos a la calle y nos sumamos al río de padres que empujan cochecitos, caminan de la mano de sus hijos o los llevan adosados a sus bicicletas. Resulta difícil, a simple vista, saber si son catalanes de origen, de adopción o turistas. Todos, también los que están de paso, formamos parte de esta ciudad viva, atractiva y fácil de recorrer como pocas: un parque de diversiones junto al mar.
Cerca del funicular del Tibidabo y su tradicional parque de atracciones se alza el imponente edificio de Cosmocaixa que alberga el nuevo Museu de la Ciència, ganador del premio europeo al museo del año. No son pocas las experiencias que padres e hijos podemos disfrutar aquí: vivir en medio de la selva gracias al Bosque Inundado, que recrea l
a fauna y la flora del Amazonas; observar el Muro Geológico y comprender los procesos de erosión y estratificación de la Tierra; repetir los experimentos que revolucionaron la física y la química, o adentrarse en la mente de Einstein y las leyes del espacio y el tiempo. Esta Navidad también es posible conocer el mundo con la mirada de una hormiga en la muestra Un mundo en el microscopio, o aprender a construir y programar robots. La Tierra ya no tiene secretos: el Planetario, con un sofisticado sistema audiovisual, nos permite viajar al resto de las galaxias y observar el universo.
El Museu Marítim, al final de las Ramblas, muy cerca del Mirador de Colom, también alberga un Planetario. Y una interesante exposición dedicada a los piratas, con actividades guiadas y teatralizadas para niños. Los domingos por la mañana abre sus puertas la academia de piratas. Los padres pueden tomar café en las agradables terrazas del museo, o visitar la muestra con tranquilidad antes de que los niños salgan con su diploma de pirata de primera categoría y su pañuelo en la cabeza, listos para ir en busca de un tesoro.
¿Cómo nace una perla? ¿Sabía que el rojo es el color que pasa más inadvertido en las profundidades del mar? El Aquàrium, junto al centro comercial Maremagnum, es una visita recomendable para niños y padres curiosos. Tiburones, pirañas, peces luna, peces picasso, caballitos de mar australianos, morenas... ¿Sabía que su sangre es venenosa, pero su carne es un codiciado manjar? La infografía que acompaña cada habitáculo es un modelo de claridad, humor y sabiduría en pequeñas dosis, y da lecciones de sexo, arquitectura y moral también aplicables al mundo de los adultos. Para sumergirse en el túnel subacuático es necesario saber nadar: nos desplazamos boquiabiertos sobre una plataforma deslizante mientras las aletas de los tiburones nos rozan las orejas.
En el otro extremo del casco antiguo, el Parc de la Ciutadella invita a un paseo por los senderos de hojas secas y el lago de barcas de remo. Nos fotografiamos montados en el enorme mamut, delante de la cascada creada para la Exposición Universal de 1888. El parque está flanqueado, por un lado, por el Museu de Ciències Naturals y el Hivernacle, y, por el otro, por el Parc Zoològic. Copito de Nieve ha muerto, pero desde Dublín ha llegado el orangután Karl. En el terrario hay dos dragones de Komodo y dos nuevos delfines en el delfinario, además de los elefantes, leones, buitres, flamencos y gigantescas tortugas de Galápagos... Las mañanas de los fines de semana, los entrenadores y cuidadores dan charlas sobre la vida privada de los delfines y los lobos marinos.
Pocas cosas infunden tanto optimismo como ver a tus hijos disfrutar de una obra de arte. Un ejercicio renovador es mirar junto a ellos la fuente de Mercurio; las mujeres, lunas y pájaros de Miró. En La Fundació Joan Miró hay espectáculos infantiles los sábados a las 17.30, y los domingos, a las 11.30 y a las 13.00; también los domingos, a las 11.00, un curioso taller de collage. El itinerario guiado y las actividades permiten que los pequeños -y los que ya no son tan pequeños- nos adentremos en la obra y el imaginario del artista, observando y creando. Quizá los niños queden indiferentes ante el pabellón Mies van der Rohe, pero nunca olvidarán la Sagrada Familia y querrán adoptar al dragón de piedra esmaltada del Parc Güell como mascota y jugar al escondite entre las columnas de la Sala Hipóstila.
Decía Picasso que a los cuatro años ya pintaba como los grandes, pero necesitó toda una vida para pintar como un niño. Será por eso por lo que a ellos les gustan tanto sus cuadros, sobre todo los de la epóca azul y la serie de óleos alumbrados por su obsesión con Las meninas. La nueva exposición Picasso i el Circ del Museu Picasso es la ocasión ideal para que descubran o redescubran al pintor que amaba a los arlequines.
El Auditori ha organizado una serie de Conciertos en familia. Els Colors del Metall permite conocer las variaciones y estilos de los instrumentos de viento de metal de las distintas épocas. También CaixaForum ofrece conciertos de Navidad para celebrar el 250º aniversario del nacimiento de Mozart.
Estatuas vivientes
Hay tantas cosas para hacer, tantos sitios que visitar, que a veces, como hoy, nos dejamos vencer por la tentación de pasear, simplemente, y la ciudad nos desvela sus sorpresas. Deambulamos por las calles del Barri Gòtic y las Ramblas, con sus estatuas vivientes: el lector plateado, el bebé con cabeza de hombre, el gran cacique y el Che Guevara de bronce. Visitamos el mercado de la Boquería, las ocas del claustro de la catedral y, a la salida, una chelista y una flautista rusas nos regalan una suite de Bach. Más allá, una banda de músicos adolescentes recrean a Piazzolla. Ya llegando a la plaza de la Catedral, dos guitarristas rumanos hacen flamenco fusión, y los mimos, junto a los puestos de artículos navideños, persiguen nuestra admiración en forma de saludo o moneda. Un aguacero puede deparar otras sorpresas. Una opción buena y barata es refugiarse en una acogedora biblioteca. Sólo en el casco antiguo y el Eixample hay siete. La Bonnemaison, por ejemplo, que hace honor a su nombre, promete Nadal de contes y talleres infantiles.
Vale la pena recordar que, casi sin excepción, las actividades culturales o lúdicas dirigidas son en catalán. Los niños, sobre todo los más pequeños, suelen entender la lengua, incluso aquellos que no la hablan. Algunos responden y participan en castellano, y los animadores, sin darse cuenta, siguen hablando en castellano, hasta el próximo niño que pregunta en catalán. Para ellos, Barcelona es bilingüe -y multilingüe-, un territorio mágico donde todo es posible.
María Fasce es editora y autora de La felicidad de las mujeres (Destino) y La verdad según Virginia (Planeta)
GUÍA PRÁCTICA
Información- Turismo de Barcelona (932 85 38 34;www.barcelonaturisme.com).- Bibliotecas de Barcelona. www.bcn.cat/biblioteques.- Toc Toc. Guía infantil para madres y padres (www.toc-toc.cat).- Parque de atracciones Tibidabo (www.tibidabo.es; 932 11 79 42).- Cosmocaixa (902 22 30 40; www.cosmocaixa.com). Entrada,3 euros.- Museu Marítim (933 42 99 20; www.museumaritimbarcelona.org. La entrada a la exposición cuesta 6 euros; la academia de piratas, 3, y el Planetario-Sphaera, 2,40.- Aquàrium (932 21 74 74; www.aquariumbcn.com). Adultos, 15 euros; niños de 4 a 12 años, 10.- Zoo de Barcelona (932 25 67 80; www.zoobarcelona.com). Adultos,15 euros; niños, 11.- CaixaForum (934 76 86 00; www.lacaixa.es). Entrada gratuita a las exposiciones; conciertos, 3 euros.- Fundació Joan Miró (934 43 94 70; www.bcn.fjmiro.es).Adultos, 7,50 euros; niños, gratis.- Museu Picasso (932 56 30 00; www.museupicasso.bcn.es). Entrada, 6 euros.- Auditori (932 47 93 00; www.auditori.org). Adultos, 9,50 euros; niños, 5.- Articketbcn. Una única entrada que cuesta 20 euros para visitar siete de los centros de arte más importantes de Barcelona. 902 10 12 12; www.articketbcn.org.- Puntos de alquiler de bicicletas: Plaça de Catalunya, Mirador de Colom, Passeig de Joan de Borbó. 4,50 euros la hora.- Bus turístico (www.tmb.net). El abono de un día cuesta 18 euros; el de dos días, 22. Niños, 11 y 14 euros, respectivamente. Gratis los menores de tres años. Tres rutas interrelacionadas cubren toda la ciudad, con 44 paradas. Se puede subir y bajar cuantas veces se desee. Salidas de la plaza de Catalunya.
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