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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Completar el trabajo

George W. Bush no da su brazo a torcer. Ayer se comprometió a mantener tropas americanas en Irak hasta "completar el trabajo". Tras su entrevista en Ammán con el presidente iraquí, Nuri al Maliki, y después de uno de los meses más violentos en Irak, se mostró relajado, pese a que su empeño declarado de "ayudar a la libertad a prevalecer en Oriente Próximo, a comenzar por Irak", se ha ido al traste. Acabar el trabajo va a resultar imposible. Lo que se requiere ahora es una estrategia para minimizar los daños.

El asesor de seguridad nacional de Bush, en otro memorándum que se ha filtrado, piensa que Al Maliki no da la talla, y que Irak necesita más soldados, más dinero y más diplomacia. Efectivamente, el Gobierno con legitimidad democrática de Irak se está desmoronando. Los seguidores del dirigente chií Múqtada al Sáder se ha salido de él y la lucha ya no se limita a chiíes contra suníes, sino también a los primeros. El grupo de estudio sobre Irak, bipartidista, que no independiente, encabezado por James Baker y Lee Hamilton, que debe presentar sus conclusiones el próximo miércoles, ya ha concluido sus deliberaciones y, según The New York Times, ha llegado a una conclusión: la de recomendar una reducción paulatina -o un redespliegue en el país o en la región- de la presencia militar americana (140.000 efectivos) en Irak, sin un calendario preciso para poner fin a esta aventura pero con un mensaje claro: no indefinidamente. Los iraquíes tienen que asumir su propia seguridad, aunque hoy por hoy no pueden.

Parece un compromiso entre los que pedían una retirada rápida y los que están por la permanencia. Lo más positivo es que el grupo proponga más diplomacia para Irak-involucrando a Siria y a Irán- y para el conflicto entre Israel y los palestinos, que ayer Condoleezza Rice se esforzaba por volver a encauzar. Pese a las palabras de Bush sobre el mantenimiento del rumbo, hay pocas dudas de que, tras la derrota de los republicanos en las pasadas elecciones de noviembre, la orientación de la política exterior de esta Administración ha empezado a cambiar, aunque no tanto como para reconocer el error de la invasión de Irak. El informe del Grupo puede ayudar a este viraje, pero es más que previsible que, en los dos años largos de mandato que le quedan, Bush no logre "acabar el trabajo" y le pase el problema a su sucesor.

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