Europa afronta las carencias del mercado de servicios avanzados
Expertos europeos debaten en Valencia cómo apoyar la innovación
"Europa carece de arquitectura para incorporar las nuevas aplicaciones tecnológicas". Esko Aho, primer ministro finlandés entre 1991 y 1995, puso sobre la mesa ayer en Valencia las carencias del mercado de servicios avanzados en la Unión Europea frente a Estados Unidos para rentabilizar las nuevas tecnologías y ganar productividad. Aho presentó la ponencia más atractiva en un congreso impulsado por la Comisión Europea para analizar fórmulas para impulsar la innovación en el Viejo Continente.
Esko Aho asumió el Gobierno de Finlandia cuando la economía del país nórdico menguaba a una tasa anual del 7%. Su gobierno redefinió prioridades y apostó por la investigación y la innovación. Quince años después, los resultados están a la vista. Finlandia es un paradigma de la nueva economía.
El actual asesor de la Comisión Europa explicó que "cuando se gasta dinero en conocimiento, se investiga, mientras que cuando se genera dinero a partir del conocimiento, se innova". Y arrancó con una lúcida "provocación" ante un foro de empresarios, tecnólogos y representantes de entidades públicas para el fomento de la innovación de toda Europa. "¿Qué tienen en común las reuniones del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1961 y la Cumbre de Lisboa de la Unión Europea en 2000?" En ambos casos, siguió Aho, los dirigentes del PCUS o de la UE "decidieron" que superarían a Estados Unidos, en 1986 los comunistas, en 2010 los europeos. "Los comunistas invirtieron mucho en educación, invirtieron en investigación -en los años sesenta había más científicos en la Unión Soviética que en Estados Unidos-, pero no innovaron y, sobre todo, les falló el mercado".
El problema se reproduce en Europa de forma flagrante, según Aho. "Somos buenos en tecnología, en investigación, incluso en educación, pero no rentabilizamos las aplicaciones de la nueva tecnología". Como botón de muestra Aho aludió a "los 25 mercados farmacéuticos diferentes que hacen que la Unión Europea sea incapaz de recortar los precios de las medicinas".
Cuatro líneas
El experto finlandés apuntó cuatro líneas de acción para recuperar el paso: confiar en la competencia y avanzar en la desregulación del mercado de servicios avanzados; atraer inversión exterior para investigación; agilizar los instrumentos financieros y favorecer las fórmulas de cooperación entre instituciones públicas y privadas -"en un año de estudios en Harvard entré en contacto con científicos, empresarios y expertos de la administración, y eso aquí, no pasa"-; y, finalmente, apoyar a los innovadores.
"Europa carece de arquitectura para incorporar las nuevas aplicaciones tecnológicas", sentenció, "tenemos que seleccionar sectores, líneas estratégicas y comprometernos en un pacto europeo antes de que sea tarde. Es como el efecto invernadero, los políticos alegan que necesitan evidencias, pero cuando las tengan, será demasiado tarde".
Aho no renunció al sentido del humor a lo largo de toda su exposición y reclamó en paralelo "consumidores inteligentes" que exijan los servicios disponibles gracias a las nuevas tecnologías. Y celebró las plataformas europeas de la innovación que auspicia el programa marco de la Unión Europea que arranca en enero y que implican a empresas e instituciones públicas a partes iguales porque "el dinero siempre es un buen asesor".
Historias clínicas y facturas médicas
Las posibilidades que ofrece la digitalización de los historiales clínicos de cualquier paciente son inmensas. Una simple tarjeta sanitaria permite acceder a un caudal de datos que, en determinadas circunstancias, puede ser clave para salvar una vida. Carlos Martínez subrayó en el foro Europa Innova la incongruencia que supone que la Generalitat Valenciana haya desarrollado un modelo de tarjeta sanitaria para los usuarios del Servicio Valenciano de Salud que no trasciende siquiera las fronteras de la comunidad autónoma cuando permitiría solventar de un plumazo el grave problema económico que genera el denominado turismo sanitario. La Generalitat arrastra una carga financiera notable derivada de la atención médica a los denominados desplazados de España y, cada vez más, a desplazados de toda la Unión Europea.
Esko Aho, ex primer ministro finlandés, aprovechó la intervención de Martínez para subrayar las carencias de la "arquitectura europea" para asimilar las nuevas tecnologías: "No podemos mover la información ni los servicios".
David Whyte, director general de la Comisión Europea para el fomento de la innovación y anfitrión del foro, subrayó el "coraje" de la Generalitat al digitalizar los historiales clínicos de sus pacientes potenciales: "Europa sabe que la e-salud es necesaria, pero también sabe que cuesta dinero".
Alain Pompidou, presidente de la Oficina Europea de Patentes, por su parte, apuntó que "los costes médicos no están armonizados" en la Unión Europea, de modo que ni la tarjeta sanitaria agilizaría el intercambio de facturas. Otro problema de la Unión Europea para rentabilizar las nuevas tecnologías.
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